“Ustedes son la sal de la tierra. Ustedes son la luz del mundo” fue el lema elegido para el II Retiro de Comunidad realizado los días 20-21-22 de febrero y 6-7-8 de marzo en la Casa de Espiritualidad “La Asunción”, del ex Seminario de Bahía Blanca.
Fuer organizado por Jorge Avilés y Claudio Mulena (quienes en breve recibirán el diaconado permanente) y participaron alrededor de 250 agentes pastorales que brindan sus servicios en las siguientes comunidades católicas de Punta Alta: Capilla Estrella del Mar, Capilla Virgen de Fátima, Capilla Virgen del Rosario, Capilla Virgen Niña, Capilla Santa María Reina, Parroquia Cristo Rey, Parroquia María Auxiliadora y Parroquia San Pablo.
La intención principal de llevar a cabo estos retiros de inicio de año, es la de fortalecer los vínculos comunitarios y renovar la esperanza en Cristo. Así lo expreso en su mensaje de inicio el presbítero Walter Alejandro Paris, párroco de San Pablo y Cristo Rey:
“Hoy vivimos en un mundo sin Cristo, después de Cristo; un mundo donde no solo no hay referencias al hecho cristiano o a su doctrina, sino que incluso dice todo lo contrario. ¿Cómo resiste la fe ante una realidad así? En primer lugar dejándonos provocar por la comunidad, retomando el camino de la fe en la experiencia que hacemos de Cristo a través de la comunidad. Este método lo hizo Cristo y se llama Iglesia. Recuperar la experiencia de su Presencia en la comunidad nos lleva a valorar la totalidad de la experiencia, porque toda la experiencia que hacemos, todo lo que vivimos, coincide con Cristo, con su Presencia para nosotros. Esto se llama fe y esto es lo que nos permite tener esperanza, no en que la realidad cambie, o sea más placentera o me guste más; sino que venga como venga la realidad, es Él que acontece en la totalidad de las circunstancias que vivo cotidianamente. Entonces tenemos que abrir de par en par el corazón a la realidad para encontrar Su Presencia Misteriosa que nos abraza así”.
Acompañaron también este retiroso, el Obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Bahía Blanca, Pedro Laxague, el Padre Tomás Yon y el Diácono José Nievas.
El corolario de una jornada intensiva de reflexión y oración y animados a ser “sal en la tierra y luz en el mundo”, fue el momento en que cada agente pastoral recibió una copia de la Bendición Apostólica emitida por el Nuncio Apostólico , en la cual el Santo Padre manifiesta su cercanía en la oración y exhorta a una conversión aún más fuerte.
Testimonios
“En lo personal el retiro fue una linda experiencia, salí con ganas de conocer más a mi comunidad, involucrarme. Esos 3 días fueron de reflexión, pensé en muchas cosas que por ahí en el resto del año no. Tuve muchos momentos de reencuentro con Dios, de rezar y hablar con Él! Muchas veces no le dedico el tiempo suficiente, y en estos retiros busco eso! Sentirme más cerca de Él! Y lo logré. Al hablar de la esperanza me sentí identificada también, porque a veces uno siente que las cosas no van a cambiar, pero de la mano de Dios todo es posible! Agradezco a todos los que estuvieron allí, fueron días muy lindos!” (Jimena, 19 años, coordinadora de grupo juvenil, capilla Virgen de Fátima)
“Siempre fui una persona de fe y con esperanza, creí siempre en la gente, pero desde hace un tiempo hasta ahora el coludo estaba metiendo la cola y me estaba desesperanzando de muchas cosas y de mucha gente. Este retiro ayudó a acrecentar mi fe y a ver la vida con los ojos que la había visto siempre. Me siento feliz, muy feliz de haber compartido estos maravillosos días con ustedes. Renegué de la falta de agua y del tremendo calor, pero todo lo demás, las charlas tan iluminadas por el Espíritu Santo, las vivencias compartidas, encontrarme con amigos que hacía mucho no veía, los momentos de silencio y reflexión, compartir esta experiencia con mi hijo, todo esto y seguro mucho más, opacó la falta de agua y el calor. Gracias a los que organizaron esto, a los que nos cocinaron, nos sirvieron, nos mimaron y a Dios! Gracias, gracias, gracias”. (Adriana, catequista e integrante del grupo Huellas. Parroquia Cristo Rey)
“Siempre los encuentros en comunidad dejan frutos y este no fue la excepción. Vivir esos 3 días junto a Dios y los hermanos me ayudo a redescubrir el sentido de comunidad. La esperanza se hace realidad en el otro. Fueron 3 días cargados de emociones y donde cosas sencillas como compartir un almuerzo sirvió para que sienta más cerca a Dios. Gracias a los sacerdotes, a los diáconos y a los organizadores que trabajaron incesantemente para poder hacer realidad el retiro. Su trabajo se vio reflejado en todos momentos”. (Marcos Bolda, pastoral juvenil, confirmación, capilla Virgen Estrella del Mar).