El colibrí común, o picaflor verde como se lo suele reconocer, es una de las aves más llamativas. No sólo por su color tornasolado con reflejos azules sino también por su vuelo rápido y hábitos citadinos.
Presentan marcado dimorfismo sexual, siendo el macho de color verde tornasolado con reflejos azules en la garganta y la cola azul, mientras que la hembra tiene la garganta y el pecho blancuzco y el vientre grisáceo. En ambos casos el pico es recto, de color rojo con la punta negra.
Puede encontrárselo en ambientes muy variados, desde zonas boscosas, hasta matorrales, pastizales, jardines y parques.
Se alimenta del néctar de las flores lo que los vuelve importantes polinizadores. También consumen pequeños insectos a los que suele cazar al vuelo o pequeñas arañas o pulgones que buscan entre las plantas.
Como todo colibrí, su ritmo de vuelo es tan intenso que necesita alimentarse constantemente para reponer energía. Puede batir sus alas hasta 50 veces por segundo, pudiendo volar hacia atrás, o hacia arriba y abajo en un mismo lugar.
En época reproductiva construyen nidos colgantes en forma de tacitas muy pequeñas y generalmente entre enredaderas o en las galerías de las casas. Lo hacen de palitos muy finos y rellenan el interior con telitas de araña. Generalmente sólo ponen dos huevos. La construcción del nido, la incubación y la crianza de los pichones solo la realiza la hembra.
Ficha técnica:
Nombre científico: Chlorostilbon lucidus
Tamaño: 9 cm
Características: Presenta dimorfismo sexual. Vuelo rápido y sonido estridente, territoriales. Color llamativo.
Estado de conservación: La especie se encuentra categorizada como “no amenazada” por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación y Aves Argentinas.