Si bien es una tendencia que crece en todo el mundo la de aglutinar las bondades de una región en una marca registrada y salir a ofrecerlas al mercado, no es tarea sencilla. Muestra de ello es que pese a que existen numerosas iniciativas en este sentido, en Argentina son escasas las experiencias que han prosperado.
El sudoeste bonaerense tiene una identidad claramente definida. Sus particularidades geográficas, climáticas, demográficas, hacen de este extenso territorio un espacio singular en varios aspectos, con claras ventajas comparativas respecto al resto de la provincia de Buenos Aires y, en muchos casos, del país.
Nadie duda de que el aceite de oliva, la miel de calidad premium, la carne vacuna libre de agroquímicos, el turismo en su variada oferta, son sellos indiscutibles de esta región. El interrogante que se plantea hace varios años y en la práctica no ha podido terminar de responderse es si es posible plasmar esta autenticidad en una marca registrada o en una Denominación de Origen (DO) con la que salir al mundo de una manera sólida y eficiente.
Para el investigador del INTA especializado en valorización de recursos territoriales Marcelo Champredonde, “la marca registrada es una herramienta, o una de las posibles herramientas, para un mayor desarrollo de esta zona”.
El también docente de la Universidad Provincial del Sudoeste (UPSO) considera que esto podría lograrse “en la medida de que haya un colectivo que lo sostenga”, y opina: “Lo difícil es armar ese colectivo sostenible, donde se hable el mismo idioma y se tengan objetivos comunes”.
Sobre este punto coincide la doctora en Geografía Daniela Gambarota, quien en su tesis doctoral Estrategia de desarrollo territorial termal en el sudoeste bonaerense plantea que “el tema del desarrollo territorial debería partir de un análisis articulado de la acción territorial entre los sectores público, privado y la comunidad. Es decir, tendría que plasmar en proyectos qué mecanismos, formas y acciones concretas se quieren poner en marcha para construir un devenir”.
El sudoeste bonaerense como marca turística
Hernán Pedro Vigier, Lorena Soledad Beier y Daniela Abigail Murello (UPSO) determinaron en un informe publicado en la revista Turydes que la región ofrece como ventajas comparativas en su cadena de valor turística, “la variedad de recursos naturales y culturales, la atención personalizada y la alta valoración del turismo como actividad económica” así como “el potencial que presenta la región en torno al desarrollo en turismo rural y la adecuada y variada oferta gastronómica”.
Según observaron, “toda esta variedad de atractivos hacen del sudoeste un escenario propicio para el crecimiento turístico de la zona. Sin embargo, ante la diversidad en la oferta, no existe un único producto regional y por ello la dificultad de identificar las empresas que participan en los diferentes segmentos de mercado”.
Un intento concreto de respuesta a este escollo fue el proyecto de ley presentado en 2016 en la Legislatura bonaerense por el entonces diputado Marcelo Di Pascuale, ex intendente de Monte Hermoso, quien introdujo una iniciativa tendiente a crear una Región Turística conformada por los municipios de Tornquist, Coronel Dorrego, Monte Hermoso, Bahía Banca, Coronel Dorrego y Villarino.
“Esta Ley comienza con la creación de una marca y con la posibilidad de avanzar en el crecimiento y desarrollo de los municipios que la integran”, explicó Di Pascuale en aquel momento y agregó: “Esto permitirá generar un ámbito de conectividad entre los distritos fomentando la producción y comercialización artesanal, entre otros puntos”.
Pese a que aquella iniciativa quedó “cajoneada” en la Legislatura, plantó varias semillas que germinaron en otro proyecto, que amplió la cantidad de municipios involucrados a 14.
Con eje en el turismo, “14 Municipios, 1 Destino”, fue presentado oficialmente a fines de 2020 y desarrollado desde la Federación Económica de Buenos Aires, con la colaboración de la Asociación de Hoteles, Restaurantes, Bares, Confiterías y Afines de Bahía Blanca, las secretarías de Turismo de los 14 municipios integrantes, diez cámaras turísticas de la zona, y universidades como la Nacional del Sur (UNS) y la UPSO.
El programa está integrado por las comunas de Adolfo Alsina, Bahía Blanca, Patagones, Coronel Dorrego, Coronel Pringles, Coronel Rosales, Coronel Suárez, Guaminí, Monte Hermoso, Puan, Saavedra, Salliqueló, Tornquist, Tres Arroyos y Villarino.
Esta iniciativa busca posicionar a esta zona como el producto Región Sudoeste Bonaerense, donde los potenciales turistas podrán hallar opciones diversas como descanso, tranquilidad o aventura, además de aire libre y contacto con la naturaleza, la historia y las costumbres típicas.
Para ello, se delinearon cinco líneas estratégicas: posicionar la región en diferentes mercados objetivos; impulsar el crecimiento del turismo interregional; fomentar la creación de empleos calificados en el sector; aumentar la inversión para mejorar la competitividad de la región, y que todo este proceso se encamine hacia la sostenibilidad.
“La visión del proyecto es a cinco años, en 2025, con un análisis en 2023. Podríamos decir, en ese sentido, que este trabajo tiene dos destinos: el éxito, creando una comisión de trabajo que ejecute las distintas acciones programadas, o bien que el documento y lo que representa sean guardados, lo que en la práctica representaría un fracaso”, advirtió Silvio Rauschemberger, director de Desarrollo del municipio de Bahía Blanca y coordinador del trabajo original.
¿Será este el proyecto que logre concretar el anhelado sello propio de la región? Los cimientos están colocados.