Un Estado presente es un Estado racional, que no dilapida recursos en frivolidades, sino que atiende a las verdaderas necesidades de la gente. Más aún cuando los recursos son escasos, como ocurre actualmente en nuestro país.
Estamos en un momento de crisis. Hay carencia de recursos. Es muy importante entonces, ante esta situación, que el Estado esté presente en las verdaderas necesidades de la gente.
Hemos visto en los últimos tiempos, con mucha sorpresa, como se proponen recursos para frivolidades, cuando para cosas realmente importantes, donde realmente la gente sufre carencias, no los hay.
En este contexto es realmente importante que el Estado esté presente de un modo racional, para asignar los recursos donde realmente se necesitan, para asistir al que debe ser asistido y no de un modo indiscriminado.
Recientemente, el Papa Francisco reforzaba estos conceptos en su mensaje durante el Coloquio de la Fundación IDEA, celebrado en Buenos Aires sobre el tema “Logremos una Argentina sostenible”.
El Santo Padre subrayó que la verdadera necesidad, es decir, lo verdaderamente importante, es el trabajo: “Lo que da dignidad es el trabajo. El que no tiene trabajo, siente que le falta algo, le falta esa dignidad que da el trabajo, que unge de dignidad”.
«Los subsidios sólo pueden ser una ayuda provisoria. No se puede vivir de subsidios, porque el gran objetivo es brindar fuentes de trabajo diversificadas que permitan a todos construir el futuro con el esfuerzo y el ingenio»
Papa Francisco
Cuando el Estado no cumple esta función, sino que asigna los recursos en función del asistencialismo o el clientelismo, deja de ser un Estado racional.
Esto es verdaderamente importante en nuestra Argentina, en un momento como el que estamos atravesando. Un momento de profunda crisis.
Tiene que haber un interés y un esfuerzo por fomentar y generar la creación de trabajo, la cultura del trabajo y el desarrollo del trabajo como medio para que las personas alcancen sus objetivos por sí misma, y que no sean dependientes de una estructura que termina por transformarse en un aparato clientelista.
«Queda claro que los subsidios sólo pueden ser una ayuda provisoria. No se puede vivir de subsidios, porque el gran objetivo es brindar fuentes de trabajo diversificadas que permitan a todos construir el futuro con el esfuerzo y el ingenio”. Así lo expresaba Francisco en su mensaje, retomando lo que había propuesto con fuerza en su encíclica social Fratelli Tutti.
Sacar el país adelante
Estas elecciones representan un desafío para todos, para toda la sociedad. Representan un desafío para los empresarios, para los gobernantes de todos los partidos políticos, porque es un desafío cómo sacar el país adelante.
En los representantes actuales, siendo algo generalizado de todos los partidos, no vemos por lo general la noción de sacar el país adelante, sino simplemente la noción de llegar al poder, y esto es algo grave que estamos viviendo. Ya sea en los partidos que gobiernan como en los que son oposición, lo que se persigue es llegar al poder.
Necesitamos por el contrario que haya propuestas de sacar el país adelante, y de atender a lo que es lo mejor para el país, haciendo autocrítica de los errores y haciendo, a su vez, valoraciones de los aspectos que otros espacios han hecho bien y han sido constructivos.
Unidad para construir un camino juntos: el Papa nos está llamando a reconocernos, a caminar juntos, a acompañarnos mutuamente y a criticarnos también si hace falta para el Bien Común, siendo serios en la manera de cómo encaramos la vida.
El ejemplo de Esquiú
Previo a la jornada electoral de septiembre, durante las PASO, retomé la figura de Fray Mamerto Esquiú, un hombre de la Constitución Nacional, que fue convencional constituyente en su provincia, un hombre que bregó por las libertades, que fue un acérrimo defensor de la Constitución Nacional, a la que ha presentado en sermones a pedido de su Obispo.
Realmente es un mensaje muy importante, porque en estas elecciones tenemos que votar y jugarnos por aquellos que defienden a la Constitución Nacional, porque representa nuestras libertades físicas y cívicas, nuestras garantías, derechos.
Hoy vuelvo a proponerlo, porque verdaderamente es muy importante este mensaje. Porque cualquiera que manipule nuestra Constitución Nacional exponiendo que hay que cambiar el contrato social va a estar manipulando nuestra libertad y nuestra vida. Y este es un mensaje fuerte de parte de la Iglesia y del Papa, con la beatificación de Fray Mamerto Esquiú, en el medio de este clima electoral, ofreciendo un criterio de qué es lo importante de la vida.
Como reafirmaba en aquella oportunidad, sin libertad, no vamos a ningún lado. Hay algunas posturas que plantean tocar libertades, supuestamente en función de los demás. Y eso es imposible: donde tocamos la libertad, no estamos defendiendo a los demás, sino que estamos avasallando a las personas.
Este criterio que nos ofrece la Iglesia a través de Fray Mamerto Esquiú puede ayudarnos a tener un poco más de claridad en medio de toda esta confusión que vivimos, entendiendo que la Constitución Nacional es decisiva para nuestra vida y para la supervivencia de nuestra Nación.
Equilibrio en la división de poderes
Finalmente, para concluir, quiero reforzar que lo más valioso de las elecciones legislativas es que se genere un equilibrio en el poder, en la división de poderes, donde se garantice la dignidad de las personas, la libertad de los individuos, el diálogo, la protección de los derechos y de las obligaciones, evitando los abusos que puedan hacerle daño a la República.
Siempre el equilibrio de poder, es sano para la República, este es el gran desafío que se nos presenta en las elecciones que tendremos durante la jornada de mañana.
* El autor es Párroco de Coronel Dorrego y Monte Hermoso. Lic. Ciencias Sociales y Humanidades Universidad Nacional de Quilmes 2003 (Medalla de Oro),
Doctorado en Historia Universidad del Salvador 2017, Investigador de la Universidad Nacional del Sur.