María Cristina Díaz di Risio, arquitecta y artista plástica, nació en la provincia de Tucumán, República Argentina.
Se formó en diversas disciplinas con destacados artistas plásticos de la provincia tales como el maestro Ernesto Dumit y la Licenciada Leonor Asar (pintura), Licenciada Ana Matilde Aybar (grabado), Licenciada Elena Riquelme (dibujo), Maestro Miguel Ángel Jiménez (chapa batida), Licenciada Bruno Ternavasio (fotografía).
Actualmente hace investigaciones sobre la técnica del vidrio termo moldeado en el taller de la Licenciada Silvia Castro Méndez, de la pintura y grabado sobre vidrio, en el taller de la Licenciada Ana María Guerra e investigaciones en técnicas mixtas con la Licenciada Elizabeth Sadir.
Desde 1.990 expone en distintas salas de Tucumán, Chaco, Buenos Aires y fuera del país, en Firenze, Italia.
Su producción anual es de 20 a 30 obras, algunas de las cuales se encuentran en instituciones y colecciones privadas.
La serie «Delicado Equilibrio», fue adquirida en el año 2010 por el coleccionista de arte, Ing. Otto Barenbreuker (Tucumán), la obra «Papelera de reciclaje» por la Manzana de las Luces, en Buenos Aires., así como diversas obras pertenecen al patrimonio cultural de la Universidad Nacional de Tucumán.
Ha recibido diversos premios y menciones por su trabajo a nivel nacional e internacional.
Díaz di Risio estará exponiendo durante el corriente mes de Agosto en la exposición de Arte Itinerante y Colectiva «Por los Derechos de la Mujer y en contra de la violencia de género», en Launceston, Cornwal, Inglaterra, una muestra curada por la Licenciada Alejandra Adorno Menduiña. Y en Febrero del 2015 en la exposición de la Asociación Argentina de Artistas Escultores de Buenos Aires, en la Serie escultórica «Rasgarse las Vestiduras», muestra curada por el Maestro Eduardo Calandria.
Critica sobre su obra de Elizabeth Sadir
Curadora de la obra de Cristina Díaz Di Risio
Citar la propia historia parece un despropósito cuando la obra desanda y atraviesa el tiempo, … si es que existe el tiempo. Quizás es el extraño ritual que devela lo tantas veces indecible en la trama de esta urdimbre compleja y misteriosa que es la creación.
Hay un objeto escultórico: dos esferas flotantes, suspendidas en el espacio, en ellas se hace visible lo invisible – “Juegos a la hora de la siesta”, las cáscaras de dos naranjas envuelven el fruto intangible…allí está la niña que evoca aromas de azahares, la exuberancia de los lapachos, sus colores,… “nací en Tucumán”… María Cristina Díaz Di Risio en la Bernabé dibujó un corazón de tinta, hizo un amasijo con collage, engrudo, crayón y le regaló un guiño a su gato, quién le respondió con un gesto recordándole que siempre sería su fiel amigo e ícono cabalístico…
La vida le hizo señas desde cosas que otros no miran, y no es casual la arquitectura, los maestros, los movimientos artísticos, estar permeable, dejarse habitar y parirse una y otra vez. Creer en lo que hago, crear más allá de definiciones etimológicas y semánticas que aluden a términos como postmodernidad o vanguardia.
Cual viajero incansable aborda técnicas variadas, las investiga y desmenuza: óleo, acrílico, pastel, mezcla de pinceladas, poéticas, raspadas, viscerales…intensas, modelar, modular, transparencias, cromatismo, luz, vidrios, fotografía, facetamiento…apetencia y asombro por despojarse de artificios, fusionar, amasar, ensamblar…alquimia.
Objetos-Sujetos de una dimensión trascendente, el hombre, el Ser. La certeza de esta profunda sed de adentrarse más allá del espacio, construirlo, deconstruirlo, habitar el vacío, transitar entre otras, las series: “Delicado Equilibrio”, “La Sombrerera” (…el Arte al servicio de la s cabeza), “Escenas del Naufragio”,…todo por hacer y decir en este proceso constante de vivenciar el alumbramiento.
Me permito citar al poeta Elías Casmuz cuando dice: “…si disponemos la mesa y Lo invitamos, ésta lámpara que somos, se enciende de nuevo.”.
Artículo de la revista «Oleo y Mármol»
Esculturas suscitadoras de interrogantes filosóficos
Artista de trayectoria destacada y escultora de los opuestos; de la incertidumbre y la ilusión; del proyecto y el desafío.
En estas obras de la serie «Escenas del Naufragio», María Cristina Díaz Di Risio sopló ráfagas huracanadas a la reversibilidad de las estructuras armónicas de cada pieza y, templó el metal para erguir mástiles o facultar presagios.
Equilibrio conceptual y una multiplicidad visual, desde el entorno de las mismas logrado con talento.
María Cristina Díaz Di Risio domina el espacio, imbuida en el hálito recuperador del núcleo central. Allí donde planta el génesis de su idea.
El desarrollo expresionista que hace de los elementos elegidos en cada creación, demuestran su perfeccionamiento en la esencia del movimiento.- Por eso conjuró a la resina, para que adquiera fortaleza, elaborando texturas, socavando hendiduras y, confiriendo esa fragilidad momentánea a cada verticalidad escultórica.
La función simbólica surrealista se despliega produciendo una saga de fuerzas recuperadoras como interrogantes de una filosofía única.