Lo que hay que saber sobre ellas
Cuando se publican encuestas de opinión sobre las preferencias de las personas sobre una determinada cuestión, la pregunta que surge espontáneamente es ¿Serán fieles?
Nos interesa analizar aquí las referidas a la intención de votos sobre candidatos a ocupar distintos cargos públicos, comenzando por el de presidente de la República. Para todos los casos debe tenerse en cuenta los criterios que manejan los encuestadores en cualquier consulta que se haga, pero lógicamente tiene mayor importancia y trascendencia estas que tienen que ver con algo tan importante como son quien va a determinar las políticas que afectarán nuestra vida societaria.
El ciudadano ya se hace una idea de la veracidad de las encuestas según sepa del alineamiento que tenga el encuestador o la empresa encuestadora con determinado partido o candidato. También la sospecha sobre quién de ellos lo contrató.
Aun a sabiendas de que se sospeche fuertemente de su veracidad, algunos encuestadores hacen caso omiso porque de cualquier manera ya cumple los objetivos que se han impuesto: instalar a un candidato. Porque aquí viene el fondo de la cuestión: la inducción en las encuestas ya está en las preguntas antes que en el resultado que exhiban.
Y vamos a un ejemplo práctico. En las encuestas que ya se están haciendo con miras al 2015 se pregunta por quién votaría dándose a elegir los nombres de Macri, Massa y Scioli, agregándose en algunas la alianza UNEN. Pues bien, Macri y Massa son claramente candidatos, Scioli, no. En todo caso podría incluirse al igual que UNEN sin un candidato determinado, en Candidato Kirchnerista. Es evidente, que la intención es instalar a Scioli en un plano de igualdad con los otros dos principales contendientes, Massa y Macri.
Un ejemplo igualmente válido es el de Martín Insaurralde. Si se pregunta ¿por quién votaría? Con la alternativa Insaurralde o Boudou, ya se sabe cuál es la respuesta. Desde luego el encuestador podrá exhibir como veraz un alto grado de aceptación de aquel candidato, pero ¿con relación a que, a quién? De igual manera hay que considerar todas las encuestas cuyas preguntas se formulan sobre hipotéticos casos. Así podríamos seguir con los ejemplos.
En momentos que proliferan los llamados telefónicos invitando a responder sobre estas cuestiones es bueno saber que solo son una cuestión de marketing. A buena parte de ellos, como a la mayoría de los políticos, no les interesa la opinión de la gente, solo la posibilidad de hacerse de unos buenos dineros.