Emocionado, frágil pero con la luz y grandeza que sólo las personas de gran espiritualidad y sabiduría pueden tener, el Padre Daniel Melchior recibió el afecto de la comunidad y en especial de quienes comparten momentos de oración en el oratorio del Hogar de Ancianos, de Coronel Suárez. “Hay hombres que luchan un día y son buenos, los que luchan muchos días y son más buenos y están los que como el padre Daniel, luchan toda la vida y esos son los imprescindibles”, afirmó el secretario de Gobierno Gustavo Moccero.
Reconociendo la trayectoria religiosa y labor comunitaria que lleva a cabo aún en la comunidad de Coronel Suárez el presbítero Padre Daniel Melchior, la comunidad del Hogar de Ancianos “Domingo Goñi” decidió que el espacio de oratorio de la institución lleve el nombre del sacerdote; anuncio que le causó una profunda y grata sorpresa, no disimulando su gran emoción.
Luego que el cura párroco de la ciudad Padre Diego Kessler bendijera la placa de ingreso al oratorio, con profunda emoción el mismo padre Daniel –como se conoce en la ciudad—fue quien la descubrió acompañado por el secretario de Gobierno Gustavo Moccero y la directora del Hogar de Ancianos Corina Gatto.
La directora de la institución expresó muy emocionada que “queremos agasajar al padre Daniel porque ha traído alegría y fe a un pequeño lugar, que se usaba para despedir amigos, compañeros o familiares y realmente en lo que se convirtió es gracias a él”.
Por su parte el secretario de Gobierno Gustavo Moccero sostuvo que “es difícil hablar cuando uno está rodeado de sabiduría, de gente que ha vivido y de quienes tenemos que aprender”. “Mi madre siempre trabajó en el jardín maternal, la liga de madres y un año este grupo de mujeres decidió regalarle un par de zapatos al Padre porque los que tenía estaban muy descuidados y entre todas le compraron un muy buen par de zapatos. La historia termina al otro día cuando el padre Daniel no dudó en entregárselos a un necesitado que apareció en la parroquia” relató Gustavo Moccero refiriéndose a la grandeza y los actos de amor de los cuales era capaz realizar el padre Daniel.
Frágil, emocionado pero con esa cuota de humor que lo caracteriza, el padre Daniel agradeció “a Dios porque me hizo como me hizo y debo agradecérselo de todo corazón, en segundo lugar a mi familia, a mi papá, a mi mamá y a mis hermanos, a la colonia por todo el bien que me han hecho y al colegio de Las Hermanas que me han inculcado con el bien”. También agradeció a Corina Gatto Directora del Hogar “con la que soy muy sincero y cualquier cosa que le tengo que decir se lo digo, sin dañar a nadie”.
Para culminar integrantes y compañeros de vida del Hogar de Ancianos, que diariamente disfrutar de la palabra de Dios que deja el padre Daniel, le entregaron un obsequio. Estuvieron presentes el secretario de Gobierno, Gustavo Moccero, la Presidenta del Instituto Cultural, Laura Schrohn, el Cura Párroco padre Diego Kessler, Osvaldo Lezica y Néstor Alebuena en representación de los cultos religiosos de la ciudad, personal del hogar, enfermeras y vecinos que se acercaron a compartir la ceremonia.