Insomnio, Dolores de cabeza, migrañas, desvitalización general de la persona, son síntomas que hasta ahora, no se le encontraba una causa cierta, ahora algunos médicos y terapeutas, ya conocen la cada vez más preocupante contaminación electromagnética, pero siempre es lo mismo existen en el mercado miles de estudios sobre el electrosmog y aun así se sigue haciendo oídos sordos sobre este tema.
Se entiende como contaminación electromagnética, también conocida como electrosmog, a la presencia de diversas formas de energía electromagnética en el ambiente, que por su magnitud y tiempo de exposición pueden producir riesgo, daño o molestia a las personas, ecosistemas o bienes en determinadas circunstancias.
Campos electromagnéticos
Los campos electromagnéticos (CEM) pueden ser de origen natural o artificial:
En cuanto a los de origen natural, tenemos el campo magnético terrestre, que pueden crear anomalías locales capaces de repercutir en los seres vivos.
El campo magnético terrestre es un campo débil.
Hay, asimismo, campos magnéticos estáticos, que no producen corriente eléctrica a menos que el cuerpo se mueva dentro de ese campo. Cuando aplicamos un campo magnético a un organismo vivo en su superficie, inducimos campos eléctricos dentro del mismo.
La contaminación electromagnética es producida de manera artificial por aparatos eléctricos y aparatos de radiofrecuencia.
Las fuentes electromagnéticas generan dos formas de energía:
- Radiaciones ionizantes: que tienen fotones con energía suficiente como para producir la ionización de la materia.
- Radiaciones no ionizantes: sin energía suficiente para ionizar la materia.
Dentro de las radiaciones no ionizantes existen varios tipos que son función de la frecuencia, que se mide en Hz (Hertz) o ciclos por segundo. Estrictamente hablando el término campo electromagnético se aplica sólo a altas frecuencias, donde los campos eléctrico y magnético están íntimamente unidos y se pueden propagar libremente en el espacio como ondas electromagnéticas.
Radiaciones no ionizantes
Por ondas no ionizantes entendemos las ondas de frecuencia las cuales van de 0 hasta 300GHz. aproximadamente, incluyen las radiofrecuencias (líneas eléctricas de alta tensión, transmisores de radio y TV..) las microondas (teléfonos móviles, hornos, etc..) y la luz visible. Todas estas son fuentes de ondas de baja intensidad.
Un poco de historia
Hasta hace muy poco se consideraban peligrosas para la humanidad solamente las radiaciones ionizantes (conocida generalmente como radiactividad). Actualmente los efectos biológicos de las ondas no ionizantes de alta y baja frecuencia preocupan cada vez más.
Todos estamos acostumbrados a la comunicación de masas electrónicamente procedente de la radio y la TV, hacer uso de múltiples aparatos domésticos, no podemos concebir la vida sin energía eléctrica.
En los últimos años hemos visto un crecimiento sin precedentes en el número y diversidad de fuentes de campos eléctricos y magnéticos destinados a aplicaciones individuales, industriales y comerciales.
Hasta principios del siglo XX el hombre no producía campos electomagnéticos (CEM); y, por supuesto, era ajeno a todo lo que estuviera relacionado con ellos. Poco más de 70 años atrás ya estaban en el aire numerosas transmisiones de comunicaciones y bastantes estaciones de radio, y una incipiente actividad comercial. Todavía no se advertían riesgos.
Se avanzó luego en la instalación de emisoras de AM y FM, estaciones de TV, radares y gran cantidad de sistemas de comunicaciones con fines bélicos, civiles y comerciales. Se empezó a utilizar cada vez más las radiofrecuencias con fines industriales, científicos y médicos. Casi simultáneamente comienzan a aparecer en los hogares muchos aparatos que generan o pueden generar CEM. Es entonces cuando se advierten los primeros y evidentes síntomas de inquietud por los efectos que esa contaminación pudiera llegar a provocar en el ambiente.
A las conocidas preocupaciones, de asegurar sistemas fiables de comunicación, orientación, control remoto, computación o asistencia médica electrónica, se añade la situación de los sistemas electroenergéticos, de muy baja frecuencia y de alta potencia, y el campo amplio y de estricta actualidad de la incidencia biológica.
Actualidad
Actualmente la humanidad enfrenta una situación verdaderamente preocupante. Muchas actividades humanas, tanto en los lugares de trabajo, esparcimiento o en el hogar, están íntimamente relacionadas con sistemas como televisión, radio, computadoras, teléfonos celulares, hornos microondas, radares y equipos utilizados en industrias, medicina y comercio, cuyo funcionamiento depende de una u otra manera de CEM.
Al coexistir tantos CEM es lógico suponer que una influencia mutua originaría interferencias entre los distintos sistemas que requieren de dichos campos para su funcionamiento. Por lo tanto estos sistemas deben funcionar apropiadamente en el ambiente electromagnético para el que fueron diseñados y evitar ser fuentes de contaminación para tal ambiente.
Al mismo tiempo estas tecnologías son fuentes de posibles riesgos en la salud como consecuencia de su uso. Entre los más estudiados están la telefonía celular y las líneas de transmisión eléctrica y sus equipamientos asociados. Los científicos han sugerido que la exposición a CEM emitidos por estos dispositivos podrían tener efectos adversos sobre la salud, como cáncer, especialmente leucemia y al cerebro, reducción de la fertilidad, pérdida de memoria y cambios adversos en el comportamiento y desarrollo de los niños. Sin embargo el riesgo real sobre la salud es aún incierto.
Se sugiere entonces, adoptar el principio de precaución, donde la precaución principal es un acercamiento al manejo del riesgo en situaciones de incertidumbre científica, que expresa la necesidad de una acción que debe adoptarse sin esperar otras definiciones de la ciencia. Por esta razón las normativas nacionales e internacionales fijan valores límites de exposición.
Los datos disponibles hasta el momento pueden resumirse de esta manera:
– Estudios experimentales demuestran que CE y CM de intensidad igual o inferior a la dada por los Valores Límites, no constituyen un peligro para la salud.
– Estudios de intensidad superior a la dad por los Valores Límites indican que cuando las radiofrecuencias interceptan un objeto, las ondas electromagnéticas que las componen pueden ensancharse, comprimirse, transmitir a través suyo o ser absorbido por él. Si es vivo (biológico), la penetración de toda o parte de esta energía produce efectos perjudiciales que varían según el grado y potencia de exposición y sobrepasando el estándar, las radiofrecuencias interfieren con los fenómenos bioeléctricos o alterar la transmisión de información genética.
Consecuencias
Se pueden producir disfunciones en el sistema nervioso, en el comportamiento, en el aprendizaje, en la actividad locomotriz, en el ritmo del sueño, migrañas, deperesión, alterar la presión sanguínea, cansancio, estrés,taquicardias, afectar la vista y alteraciones hormonales. En los casos más extremos: Leucemia, Cancer, riesgo en embarazos y niños. En cualquier caso dependerá siempre del grado de exposición, la fuente y/o la exposición directa.
Medidas preventivas
La medida más efectiva de protección contra las radiaciones electromagnéticas es la más simple: alejarse de las fuentes; según el tipo de red o de aparato la distancia de seguridad variará en función de las emisiones que genere. En todos los casos conviene aplicar procedimientos sencillos y prácticos tendientes a prevenir o minimizar cualquier efecto dañino que pudiese detectarse.
Con respecto a los rayos X es recomendable hacerse las menos radiografías posibles y si es posible evitarlas, y menos en personas electrosensibles.
En lo que a teléfonos celulares se refiere, entre estas recomendaciones se pueden citar:
– Que el uso de celulares sea sólo para llamadas de corta duración.
– Que se trate de utilizar audífonos para mantener la antena lejos de la cabeza, ya que aproximadamente el 60% de las radiaciones se concentran en la cabeza y en las manos.
– Que los niños no usen teléfonos celulares, pues no se puede descartar la posibilidad que el uso prolongado de los celulares pueda ser dañino, y los niños son los más vulnerables, pues su sistema nervioso está todavía en la etapa de desarrollo.
Respecto a líneas de energía eléctrica y sus equipos asociados, la medida fundamental es no permanecer próximos a ellos por períodos prolongados. Tener en cuenta este punto cuando se trata de localizar, fundamentalmente, viviendas y escuelas.
– No conectar el bluetooth en casa.
– Desconectar el wifi del router.
Es conveniente evitar la exposición a todo tipo de campo electromagnético, especialmente mientras se duerme, ya que se ha encontrado una relación entre ellos y la generación de la melatonina, hormona reguladora del sueño sintetizada en el cerebro especialmente durante la noche.

En conclusión, tratar de llevar una vida más natural.
Sobre Leandro A. Marascio.
Leandro Agustín Marascio, Argentino, 36 años, residente en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires es Licenciado en Comunicación Social de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires, es asesor en Responsabilidad Social Empresaria.
Cuenta con más de 10 años de experiencia en los rubros comercial, financiero, salud, telecomunicaciones, marketing.
Posee un Interés particular en temas de Responsabilidad Social Empresaria, Gestión Ambiental, Política y Servicios Sociales. Ha presentado varias iniciativas ciudadanas con el fin de que se conviertan en proyectos de ley.