
Con el logro obtenido en el Torneo de Transición 2014, Racing sigue quedando con un campeonato menos. Pero este logro, luego del triunfo por 1 a 0 frente a Godoy Cruz de Mendoza, alienta la esperanza de que junto a un cambio radical en la forma de disputa a partir del próximo año, el futbol de la Argentina recobre su identidad cultural de la cual Racing significa el máximo exponente.
Boca tiene 16 campeonatos obtenidos y Racing, 15, siguiéndolos River con 13, Independiente con 8 y San Lorenzo de Almagro con 6.

Esto es tomando en cuenta lo que se considera campeonato, es decir una competencia a dos ruedas, disputándose los partidos contra cada uno de los rivales en situación de local o de visitante, de acuerdo a un sorteo que se realiza previamente.
De esa forma se jugaron los campeonatos organizados por la Asociación del Fútbol Argentino desde los comienzos en que se contabilizan los logros obtenidos, es decir, 1903. A partir de 1967, cuando conjuntamente una corriente europeizante invadió al País y por ende al fútbol y todo lo que se hacía en la Argentina se sometió a revisión. Este deporte tan popular y pasional en la Argentina no fue la excepción, sobre todo luego de que se considerara un “desastre” la actuación en el Mundial de Suecia de 1958.
Comenzaron a considerarse imprescindibles los cambios en las formas de preparación, de juego, de tácticas y la manera de jugarse los campeonatos, despreciando las virtudes de los futbolistas argentinos que deslumbraran al mundo entero, teniendo en cuenta el mundo que podía tener acceso entonces al conocimiento de nuestro fútbol en aquellas épocas de escasas comunicaciones mediáticas.
Dentro de esos cambios los más notorios fueron el objetivo de considerar al fútbol un espectáculo antes que un deporte y la forma de disputa de los campeonatos. Entre lo primero, clubes como Boca y River advirtieron la conveniencia e hicieron un pacto, sellado por los entonces presidentes Armando y Liberti (respectivamente) que los llevara a sumar adeptos e hinchas con el objetivo de desplazar de la simpatía popular a clubes muy enraizados en la consideración general como Racing, San Lorenzo, Independiente y Huracán.
Nótese que hasta el año 1960, los partidos de mayor convocatoria de público eran los que disputaban (cualquiera fuera la localía) Racing-Boca, Boca-San Lorenzo, River-Racing, Racing-San Lorenzo, San Lorenzo-Huracan, Independiente-Racing, River-Independiente, muy por encima del clásico Boca-River (River-Boca). Ayudados por los medios periodísticos entusiasmados por las ventajas económicas de aquel fútbol espectáculo, fueron transformando a lo que hoy es el clásico entre millonarios y xeneixes, tan apartado de nuestra cultura y una muestra de la degradación que la Argentina ha sufrido en todos los aspectos de su vida social y económica.

El otro cambio que se produjo fue el de la forma de jugarse los torneos, reduciéndoselos a una sola rueda, para que de esa manera la proporción de títulos que podían obtener Boca y River, con ese dominio económico que construían, fuera superior al del resto de los equipos. Claro que lo consiguieron, pero a costa de una degradación moral que llevó a muertes, enfrentamientos, escándalos y el triste espectáculo de hoy de ver los estadios sin la concurrencia del público visitante o, como era frecuente en las épocas de esplendor, del público neutral dispuesto a ir a presenciar los partidos que se suponían tendrían un desarrollo vistoso y emotivo.
Tanto que se habla hoy de violencia en el fútbol y las barras bravas. Pues bien, ellas nacieron como consecuencia y necesidad de aquel oscuro pacto del fútbol espectáculo, de aprietes de dirigentes y árbitros para lograr sus objetivos.
En buena hora que haya salido Racing ganado el certamen, pues representa como nadie a los clubes postergados en aras de un colonialismo futbolístico, disfraz de uno peor, el económico que asola al País, mas producto de los dirigentes propios que por los colonialistas azuzados como “hombres de la bolsa”. Muchos se preguntan a qué se debe la pasión de los hinchas de Racing, habiendo ganado tan poco en los últimos tiempos. Precisamente a que está enraizado en la cultura popular, esa que han procurado sepultar.
Se avecinan tiempos de cambio, no solo en lo político. También con esta innovación propuesta en el fútbol de un torneo de 30 equipos, que es otro disparate, pero signo elocuente de que se busca rescatar la participación de muchos, aunque no se sepa demasiado bien que hacer.
Mientras tanto, en lo que puede ser la última etapa de una época oscura, Racing tiene el privilegio de ser el Mejor de la transición.
Mario R. Martín