El “Festival de Bienvenida a los Cauquenes Migratorios” que recalan en este otoño en la provincia de Buenos Aires, se realizó en la ciudad de Tres Arroyos donde se desarrollaron avisajes, charlas y proyecciones para los alumnos de la región, a fin de concientizar sobre la importancia de este ave migratorio y de la protección de la especie en peligro de extinción.
El Cauquén anida en Tierra del fuego y Santa Cruz durante el verano y en otoño migra hacia zonas templada y Tres Arroyos fue la anfitriona. Desde la Secretaría de Ambiente de la Nación, que conduce Sergio Lorusso, se trabaja para proteger esta especie y se impulsa esta celebración de la naturaleza donde participarán escuelas y organizaciones sociales en talleres dedicados a la protección de las especies.
El cauquén -también llamado avutarda- es una de las especies autóctonas que pueblan nuestro país y se trabaja en su protección. Cada otoño migra desde el sur argentino y chileno a zonas más cálidas como la provincia de Buenos Aires, en busca de refugio y alimento basado en pasturas naturales.
Los estudios realizados en los últimos años, registraron una importante disminución de las tres especies: colorado, común y cabeza gris o real; del Cauquén Colorado tan solo se registraron 37 individuos en 2012. Amenazadas por la pérdida de su ambiente natural, la caza deportiva, y la persecución realizada con avionetas, debido a la falsa creencia de que constituyen una plaga; su caza está prohibida en todo el territorio argentino.
Cada mes de julio, en el marco de la estrategia Nacional de Conservación de Cauquenes Migratorios de la Dirección de Fauna Silvestre de la Secretaría de Ambiente nacional, se realiza el monitoreo junto con las áreas de Fauna de Chubut, Río Negro y La Pampa para desarrollar los informes que son fundamentales para diseñar acciones sobre la conservación de la especie.
El interés para proteger este ave migratoria es de tal magnitud que Argentina y Chile acordaron el Plan de Acción Binacional para la conservación del cauquén colorado, cuyas acciones tienen como finalidad revertir el delicado estado de situación poblacional y lograr contener su vulnerabilidad.
Este Festival es un trabajo conjunto entre la Secretaría de Desarrollo sustentable de la Nación que conduce Sergio Lorusso, el Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible (OPDS) y el Municipio de Tres Arroyos.
El Cauquén, un ave que habita nuestros suelos
El cauquén colorado mide hasta 75 cm, se alimenta de pasturas tiernas de las zonas rurales y anida en las regiones de lagunas como Patagonia. Actualmente está en peligro de extinción a causa de su caza, su cambio del hábitat, y la falta de alimentación, que reducen la población. Su caza está prohibida en todo el territorio argentino. Se viene el Segundo Festival de Bienvenida del Cauquén migratorio. Desde la Secretaria de Ambiente de la Nación, que conduce Sergio Lorusso, se impulsa su protección. Los festivales de aves migratorias se celebran en todo el mundo.
El otoño es la estación elegida por los cauquenes para migrar hacia el norte llegando hasta el sur de Buenos Aires, La Pampa y Mendoza en grandes bandadas, estos habitan en praderas y pantanos, estepas con gramíneas, tanto en agua dulce como en costas de mar, especialmente durante la migración.
El cauquén -también llamado avutarda- es una de las especies autóctonas que pueblan nuestro país y es necesario proteger. Por ser aves que comen hierbas, como pastos tiernos, han sido perseguidos por los cuidadores de ganado lanar, que han capturado tanto a las aves como a sus huevos.
Lo podemos encontrar dentro de las aves acuáticas entre medianas y grandes por su longitud de 75 cm. En su mayoría son corpulentas con patas palmeadas y pico aplanado, el macho es de color blanco con el dorso de color negro y gris, el pico y las patas son negras; mientras que la hembra es marrón y gris, con patas amarrillas.
Del Cauquén se diferencian tres especies: colorado, cabeza gris o real y común. Este último se distribuye en el sur de Sudamérica, y en nuestro país lo podemos observar en las provincias de Buenos Aires, Chubut, La Pampa, Mendoza, Neuquén, Río Negro, San Luis, Santa Cruz, incluso en las Islas Malvinas e Islas de los Estados.
Forman grupos numerosos de subadultos durante todo el año a los que se suman los juveniles y los adultos luego de la cría. Durante la muda se producen grandes concentraciones en lagunas patagónicas, y se lo puede ver en zonas rurales donde pasa el invierno.
Durante la reproducción se separan en parejas altamente territoriales. Construyen un nido recubierto de plumón, en el suelo y oculto entre la vegetación donde depositan hasta 9 huevos que son incubados por la hembra mientras que el macho vigila rigurosamente la zona de la nidada, tratando de confundir al intruso con gritos y vuelos permitiendo que la hembra se oculte o hulla con los pichones. Los huevos, de color claro, son incubados durante 30 días, y, luego del nacimiento, los polluelos están en condiciones de volar transcurridos los 90 días.
En Rio Gallegos, Santa Cruz, es en cada noviembre cuando se realiza el Festival de las Aves Playeras; en Saldungaray, partido bonaerense de Tornquist, también se hace la Fiesta Provincial de Golondrinas que son una postal imperdible; al igual que sucede en el Bajo California, en San Juan de Capriscano, cuando llegan miles de golondrinas, cubren el cielo, y son un atractivo natural imperdible.