El Museo Malvinas e Islas del Atlántico Sur lanzó una convocatoria para ser parte de su colección fotográfica con imágenes que los ciudadanos hayan tomado sobre el conflicto y la vida cotidiana de aquellos días.
En 1982, el uso de cámaras fotográficas estaba bastante extendido en nuestro país, con cámaras portátiles y económicas. Cuando comenzó el conflicto bélico por Malvinas, decenas de compatriotas tomaron fotos: para despedirse, para mostrar lo que iban conociendo, para guardar para siempre sus experiencias. Fueron autores amateurs que registraron la forma en la que el país vivió una guerra.
Esas son las imágenes de las que se alimentará el archivo del Museo Malvinas, que se armará virtualmente, con estándares adecuados y la colaboración de quienes atesoran esas fotografías. Se trata de un ejercicio crítico y colectivo de la memoria para cada 2 de abril.