La Comunidad de San Egidio, de Coronel Pringles, sirvió por séptimo año consecutivo almuerzos de Navidad para gente empobrecida o en situación de calle en las capillas Santa Lucía y Virgen de Fátima de esa ciudad de la Sexta Sección. “En total asistieron 345 personas, más los 95 voluntarios que se acercaron a las dos capillas a colaborar”, dijo Karina Biasioli, y agregó: “Superó ampliamente lo que teníamos previsto”.
Al igual que en Buenos Aires y otras ciudades del mundo, la Comunidad de San Egidio sirvió por séptimo año consecutivo almuerzos de Navidad en las capillas Santa Lucía y Virgen de Fátima de la ciudad bonaerense de Coronel Pringles.
Participaron familias que acuden a esos templos, donde la Comunidad está presente con las Escuelitas de la Paz, además de otras del barrio de la capilla San Cayetano, donde también ese servicio educativo, y abuelos del Hogar Municipal El Remanso y del Hogar del Jubilado y Pensionado de la ciudad.
La Comunidad de San Egidio en Coronel Pringles está coordinada por Sergio del Canto y su esposa Karina Biasioli.
“En total asistieron 345 personas, más los 95 voluntarios que se acercaron a las dos capillas a colaborar”, dijo Biasioli, y agregó: “Tuvimos que agregar a último momento lugares porque nos han sorprendido amigos que no esperábamos y con mucha alegría han sido recibidos”. La mujer no ocultó su alegría por lo vivido y aseguró que el almuerzo “superó ampliamente lo que teníamos previsto”.
“Estamos muy felices –prosiguió-. Vivimos una fiesta de familia reunida en torno al Señor que demuestra una vez más, que si lo hacemos a él presente en la vida, todo es posible porque esta fiesta es la fiesta en la que se ve, realmente, que aunque seamos distintos podemos estar juntos de un modo tan especial”.
“Agradecemos muchísimo a todos los que han colaborado y que se han sumado de una u otra manera con su aporte. Y al Señor, por supuesto, que nos llama para esto: para demostrarnos que si lo buscamos realmente a él de corazón, si nos unimos a su palabra, nosotros podemos vivir este amor que cambia y que nos hace realmente más felices”, aseguró Biasioli, y destacó la colaboración de la comunidad que “se ha sumado para colaborar con los alimentos, con los regalos”.
Por último, Biasioli expresó que “como siempre, la generosidad de las personas ha hecho posible que alcance para todos y que sobre. Esto es un gran almuerzo, es un único almuerzo que abraza a todo el mundo que comienza desde temprano en el oriente y que terminamos nosotros, entre los últimos, por esta parte del continente”.
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