La Suboficial Mayor Operaciones, Laura Echegoyen, de la Armada Argentina se encuentra destinada en el Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, en el ocaso de su extensa carrera naval. Como mujer pionera en la Institución, repasa sus años de servicio a la Patria.
Laura Griselda Echegoyen nació el 22 de junio de 1963 en Bahía Blanca. Allí se crió junto con sus seis hermanos, quienes continúan viviendo al sur de la provincia de Buenos Aires.
Si bien es la única integrante de la Armada en su familia, su núcleo familiar la apoyó en su decisión de ingresar hace 35 años atrás. Hasta el día de hoy, se sienten orgullosos de su trabajo, principalmente por sus destacados logros.
Desde pequeña quiso pertenecer a la Institución cuando, en su Bahía Blanca natal, veía a los navales con los uniformes que tanto atraían su atención. Pero en esa época no había mujeres en la Fuerza.
Mientras cursaba el secundario en el Colegio María Auxiliadora recibió un folleto de ingreso a la Armada para el personal femenino. Se acercó a la Delegación Naval de su ciudad donde averiguó acerca de los requisitos; se anotó y rindió los exámenes de ingreso en el Centro de Adiestramiento en Operaciones –actualmente la Escuela de Técnicas y Tácticas Navales– situada en la Base Naval de Puerto Belgrano.
Así fue que en el verano de 1981, un 16 de febrero, pasó a formar parte del escalafón Operaciones. En ese entonces sólo existía la posibilidad de elegir esa especialidad o Enfermería; ese año ingresaron cien mujeres, de las cuales 15 fueron Operaciones.
Durante esos años la máxima jerarquía a alcanzar por el personal subalterno femenino era la de Suboficial Primero, pero con el transcurso de los años se extendió hasta Suboficial Principal. Hasta que en el 2006 se les brindó la posibilidad de elegir si querían ser operativas o no. “Queríamos navegar, ser operativas al 100 por ciento”. Las que son operativas pueden llegar a la jerarquía de Suboficial Mayor, como lo hizo Laura.
Desde su ingreso hasta 1982, la suboficial estuvo en la Escuela de Operaciones; después formó parte de la Comisión de Análisis de las Operaciones en Combate en la que junto a una compañera eran las encargadas de hacer todos los gráficos del accionar de los componentes navales durante el Conflicto del Atlántico Sur.
Después estuvo destinada en el CAMAS (Coordinador Marítimo del Atlántico Sur) y en el COTM (Comando Naval de Tránsito Marítimo). Posteriormente, durante su paso por el Área Naval Atlántica en Mar del Plata, llegó a ser submarinista honoraria.
Hasta ese momento, todos esos destinos estuvieron relacionados con su especialidad. Sin embargo, en el 2001 siendo Suboficial Primero, Laura tuvo la posibilidad de desempeñarse como custodia del Jefe del Estado Mayor General de la Armada. “La primera mujer en una Compañía de Custodia y en un Batallón de Seguridad fui yo”, dice orgullosa Laura Echegoyen.
Para desempeñarse en ese cargo tuvo que aprender artes marciales y tiro en la Compañía de Custodia del Batallón de Seguridad del Edificio Libertad en la ciudad de Buenos Aires; llegando incluso a ser Instructora de tiro clase B.
Se desempeñó como jefa y, luego, fue encargada de la Compañía de Custodia, teniendo bajo su responsabilidad a una veintena de hombres y dos mujeres. “Toda una novedad para los Infantes de Marina. Una mujer, naval y del Escalafón Operaciones como encargada de Compañía”, destaca. Hasta ese día siempre habían desempeñado el cargo los hombres varones de la Infantería de Marina.
Después de esa gran experiencia volvió al COTM donde en el 2009 fue designada en el cargo de Suboficial de Destino. En ese momento la Suboficial Echegoyen había manifestado: “Estoy muy feliz. La Armada como siempre me sigue sorprendiendo, me sigue dando las cosas que yo realmente busco. Jamás me han negado nada”.
Su necesidad continua de aprender y crecer se vio materializada una vez más cuando en agosto del 2010 Laura egresó de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) Regional Buenos Aires, como Técnica Superior en Seguridad Urbana y Portuaria. Además, junto a integrantes de las otras Fuerzas Armadas formó parte del Consejo para Políticas de Género, donde se evalúa la problemática reglamentaria y personal de cada hombre y mujer.
Entre sus mejores experiencias en servicio destaca la de haber participado de una Campaña Antártica de Verano a bordo del rompehielos ARA “Almirante Irízar” y haber navegado en el submarino ARA “Santa Cruz” como submarinista honoraria.
En 1981 fue seleccionada para integrar la primera promoción de mujeres suboficiales en el escalafón Operaciones. Algunos años después, también fue la primera mujer en la historia de la Armada en cumplir el rol de suboficial de Destino por cuatro años en el Comando Naval de Tránsito. Además de ser la primera mujer custodia del Jefe de la Armada. “Yo estoy acá por vocación. La Armada es para mí como parte de mi familia”, enfatiza.
Actualmente es la encargada del Departamento Doctrina Militar Conjunta y Combinada del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas que funciona en el Edificio Libertador en Buenos Aires.
“Lo que más me gusta de la Armada es el compañerismo que genera trabajar en equipo y poder conocer personas oriundas de diferentes provincias de todo el país. Asimismo, en este momento agradezco poder compartir el último tiempo de mi carrera con personal de las tres Fuerzas Armadas”.
Días de campo y mar
Su infancia se remonta al campo de su padre donde, junto a sus amigos, montaba a caballo, ayudaba a sus hermanos con algunas tareas campestres y jugaba rodeada de vacas y ovejas.
Lo que más extrañó durante estos años fue a su familia, amigos, compañeros del colegio María Auxiliadora y vecinos de su barrio, donde vivió de chica. Sin embargo, en cada navegación llevó con ella fotos de sus afectos y diferentes recuerdos para sentirlos siempre presentes, a pesar de la distancia propia del servicio.
La Suboficial Echegoyen pronto iniciará una nueva etapa de su carrera y de su vida ya que después de servir en la Institución por más de 35 años se encuentra próxima a finalizar el servicio activo.
Como reza el poema de Antonio Machado “Caminante no hay camino, se hace camino al andar”, ella abrió un camino que es y será seguido por las futuras generaciones de mujeres navales para quienes es un referente y un norte a seguir.
Fuente: María Silvina Rosas – www.gacetamarinera.com.ar
Ver también
https://www.sextaseccion.com/gente-y-personajes/regreso-a-casa/
https://www.sextaseccion.com/gente-y-personajes/puntaltense-por-la-paz/
https://www.sextaseccion.com/featured/artillero-modelista/
https://www.sextaseccion.com/featured/35-anos-de-servicio-y-amistad/