Presentación del libro de Santiago Peyón
Santiago Peyón, ingeniero industrial, dueño de un emprendimiento gastronómico en Torrepueblo, en Ingeniero Maschwitz, músico en los tiempos libres, acaba de presentar su libro Una Palabra, que se realizó en el IDES, Instituto de Desarrollo Económico y Social, en la ciudad de Buenos Aires.
¿Una novela socioeconómica y política?
Sí, una novela poco común, de un ciudadano que lejos de ser común, invita a cada uno de nosotros a ser lo suficientemente especiales y comprometidos como para entender la realidad sin dobles discursos ni intereses mezquinos.
El autor nos ofrece, en una sutil trama novelada, una explicación profunda y simple a la vez sobre lo que nos sucede como sociedad. ¿Por qué siempre vivimos lo mismo? ¿Cuándo superaremos la adolescencia ciudadana?
Tal vez, si muchos otros individuos se comprometen a colaborar con aportes concretos y valiosos a la tarea imperiosa de repensarnos y avanzar, podremos diseñar como sociedad adulta un futuro más justo para todos.
Extractos
“Mi nombre es Agostino. Poco importa quién soy, qué soy, cuáles son mis conocimientos, mi profesión, mi metier. Pertenezco a la categoría de simple ciudadano. Como tantos otros, siempre tuve un particular interés en comprender por qué suceden las cosas.
“No me llenan las explicaciones superficiales, ni las rebuscadas. Solo me calma entender las causas más profundas”.
“He aprendido que la verdadera esencia de los problemas raramente es compleja: suele reducirse a unos pocos y muy simples elementos, y en más casos que en menos, solo a uno medular”.
“…El dinero, en todas sus variantes e instrumentos afines, es uno de los inventos más increíbles que el hombre haya creado. Se encuentra en la médula espinal del contrato social moderno y conforma el sistema circulatorio de toda economía…”
“…Su existencia no solo es primaria, sino absolutamente necesaria, y determinante insustituible para haber logrado el colosal desarrollo de nuestros días. Pero así como es de poderoso en sus efectos positivos, si es mal entendido y erradamente administrado, puede engendrar la más negra de las pesadillas…”
“…Como ciudadano – me dijo – comprender la esencia es mucho más que suficiente. Y la esencia a la que me refiero es tan simple y pequeña como el lenguaje permite que sea. Indudable paradoja, ya que nada es más abarcativo y elocuente en su capacidad explicativa que esa simple y singular palabra…”
Ver también
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