Jefe de policía y otros cargos políticos
Por Miguel Ángel Reynoso – APROPOBA
Desde que tengo memoria en mis pasos de casi cincuenta años en la Policía de la Provincia de Buenos Aires recuerdo claramente el antiguo interrogante que siempre se dio entre los integrantes de nuestra fuerza acerca de la conveniencia de que al frente de la Institución se encontrara un oficial superior de carrera.
La experiencia de tantos años, por lo menos en mi caso persona, me ha convencido que por más simpático y alentador que pueda resultar la posibilidad de que “uno de los nuestros, policía profesional y conocedor de nuestras necesidades y problemas”, ocupara la máxima conducción de la fuerza para garantizarnos de que nos representaría ante el poder político de turno en busca de soluciones, en las muy escasas ocasiones en que así se ha dado, solo muy pocos han sido aquellos que nos llenaron de orgullo y hasta jugaron y perdieron sus cargos en defensa de sus principios o en defensa de la Institución y de todos sus integrantes.
Desgraciadamente la destrucción de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, casi juntamente con el inicio de este siglo por iniciativa del entonces gobernador EDUARDO DUHALDE y del letrado CARLOS ARSLANIÁN como ideólogo y ejecutor terminó en la práctica con los cargos de Jefe y Subjefe de Policía, rescatándose al asumir el actual gobierno aunque ambas figuras aunque totalmente devaluadas en su condición, como es fácil advertirlo observando el comportamiento de nuestro actual Jefe de Policía Comisario General D. FABIÁN PERRONI.
Figura decorativa al fondo de las fotos y entrevistas en que otros “no profesionales”, aunque con cargos políticos opinan o insultan directamente a la fuerza y/o a sus integrantes, sin que se le mueva un pelo o defienda a quienes en definitiva son sus hombres y mujeres subordinados, que como queda vista dejan su vida o su salud en el cumplimiento de un deber, para cuya tarea carecen generalmente de elementos esenciales para su desempeño, salvo de aquellos que constituya un excelente negocio su adquisición al amparo de la siempre prorrogada Ley de Emergencia en Seguridad.
Tampoco Perrone ha salido a explicar a la institución porque guardó silencio cuando desde el gobierno provincial se pasaron por donde se pasaron la intención de la Ley de nuestro sistema previsional de que el personal se encontrara representado en su directorio, no respetando el resultado de las elecciones efectuadas con tal fin e incluso, no renovando cargos vencidos en el Fondo de Ayuda Financiera, que, vale la pena recordar, lo constituye millones y millones de pesos aportados por todo el personal, activo y pasivo, unos cuantos de los cuales fueron gastados en la compra directa de un edificio viejo y deteriorado, ni en Servicios Sociales, el sistema de turismo , ni de la intervención de una mutual de otra provincia en la cobranza de los servicios fúnebres, ni la “pérdida”, del beneficio por luto, que siempre le es esquivo a los familiares, no obteniendo quienes reclamaron respuesta alguna, ni la integración a los directorios del IOMA y de Servicios Sociales de los representantes de los retirados y tantas otras cosas.
Pero sí, en las pocas ocasiones en que ha accedido al acceso periodístico nos ha sorprendido que para el caso hubiera sido mucho mejor no hacerlo aunque mas no sea por aquella sabia sentencia que señala que vale más cerrar y quedar como un idiota que abrirla para confirmarlo, como ha ocurrido en lo hablado con el camarada y esposo de la oficial asesinada recientemente, recomendándole que se “portara como un hombre” ante sus reclamos. Insensibilidad que no tapan sus posteriores declaraciones periodísticas para la televisión, de discurso hipócrita y de oportunidad.
Tampoco deja de preocuparnos las declaraciones del Secretario de Política Criminal de la Provincia de Buenos Aires FRANCISCO PONTS VERGES, quién explicó a las requisitorias periodísticas, entre otras barbaridades que los asesinatos de policías son “RACHAS ESTACIONALES”, y que los policías asumen ese riesgo en su trabajo. Brillante lo de este sujeto, ignoro sus antecedentes o capacidades tenidas en cuenta para que se lo designara en el cargo que ocupa, ahora nos queda claro que estos hechos ocurren como consecuencia de las diversas estaciones del año, y que así como en invierno aumenta la lechuga y la fruta, también se matan policías.
Seguramente este funcionario continuará gozando de sus privilegiados emolumentos y comodidades teniendo en cuenta la impunidad que le da su estupidez. La Policía de la Provincia de Buenos Aires sigue perdiendo hombres y mujeres, muertos y heridos, las soluciones no se encuentran a la vista, la entrega de unos pocos viejos chalecos antibalas, reacondicionados con funda nueva y nueva leyenda no solucionan nada de nuestras preocupaciones.
A no confundirse, el gran malestar existente entre los integrantes de la fuerza no se debe como se pretende hacer ver a alguna investigación o detención de policías pasados a las filas de los delincuentes, ya que esta acción de algunos pocos es vista con agrado por los demás que se esfuerzan para cumplir con su deber con un alto espíritu que no hace decaer las largas jornadas.
La falta de incentivo en una carrera incierta y caprichosa, los bajos sueldos, las promesas de campaña incumplidas, el insulto permanente de integrante de “la mafia policial”, por quienes no tienen espejo donde mirarse, el incomprensible atraso de los pagos de los servicios adicionales brindados a particulares, pero sobre todo la falta de derechos y oportunidad para hacer oír sus reclamos que solamente tienen algunos segundos de difusión en los medios cuando la máxima desgracia golpea a nuestra familia policial.
APROPOBA desde sus inicios ha defendido el derecho de los policías, en soledad ha hecho lo posible para hacerse oír y ha sido difusora de las inquietudes de los camaradas siempre en un marco de respeto y seriedad de los que debe hacer gala el policía profesional, lamentablemente, graves hechos nos llevan nuevamente a hacer pública nuestra opinión que si otras fueran las circunstancias y oportunidades tendríamos mucho gusto en conversarlas con quienes deben brindar soluciones y no hacer solamente política de poca monta y menores resultados.
Alguien o varios deberían tener vergüenza e irse, pero a lo mejor es mucho pedir y estoy un poco convencido que difícilmente lo veré en lo que me queda de vida.
Miguel Ángel Reynoso- Secretario general APROPOBA – Asociación Profesional de Policías de la Provincia de Buenos Aires.