La actividad económica y el bienestar del ser humano dependen de los ecosistemas de la tierra y de los servicios que estos ofrecen, tales como alimentos, agua potable, clima y regulación de inundaciones, así como el disfrute recreacional y estético. Los bosques almacenan carbono, suministran madera y otros productos de valor así como el hábitat de una variedad de especies. Los humedales purifican el agua y ofrecen protección contra las inundaciones. Los manglares protegen la costa y la población costera de tormentas y tsunamis. Los arrecifes de coral proporcionan la cría de peces y atracciones para los turistas.
Es importante destacar que la pérdida de biodiversidad puede influir de manera significativa en la salud humana y la sociedad hasta el punto de modificar los medios de subsistencia e impulsar la migración. A pesar de que el costo de estas pérdidas es notable, especialmente para los pobres quienes dependen en gran medida del capital natural, a menudo pasa desapercibido a niveles nacionales e internacionales.
Se nos acaba el tiempo
En noviembre de 2017, 15.000 científicos alertaron por tercera vez del destino al que se enfrenta la humanidad. El cambio climático, la deforestación, la pérdida de acceso al agua dulce, la extinción de especies y el crecimiento de la población humana son las principales causas de la preocupante situación en la que se encuentra la humanidad, se sostiene allí.
Los ecosistemas terrestres y marinos desempeñan un papel importante en la regulación del clima. En la actualidad absorben aproximadamente la mitad de las emisiones de carbono de origen humano. Los servicios de la biodiversidad y los ecosistemas nos ayudan a adaptarnos al cambio climático y a mitigarlo. Por lo tanto, son una parte esencial de nuestros esfuerzos para combatir el cambio climático.
Cuando se publica el denominado informe Meadows sobre los Límites del Crecimiento en 1972 ya se alertaba sobre los límites físicos del planeta en cuanto a la utilización de recursos naturales y a la capacidad de absorber las emisiones. Desde entonces, ya se propugnaba una profunda innovación social, a través del cambio tecnológico, cultural e institucional, para poder evitar el incremento de la huella ecológica de la humanidad por encima de la capacidad de carga del planeta Tierra. Veinte años después los autores publican un nuevo informe, bajo las mismas premisas con una visión optimista, ya que coincide con la Cumbre de Río sobre Desarrollo y Medio Ambiente (Meadows et al. 1992). Sin embargo, en el último libro, se vuelve a constatar que la huella ecológica humana sigue creciendo a pesar del progreso de la tecnología y las instituciones. La demanda humana de recursos excede la capacidad del planeta y la supera en la actualidad en un 20% (Meadows et al., 2005).
Según estos autores, la expectativa es que el mundo elegirá un futuro relativamente sostenible. La sostenibilidad ecológica o el desarrollo sostenible significan que la sociedad evoluciona en armonía con la naturaleza. La sostenibilidad se puede catalogar como la interacción entre las condiciones económicas, ecológicas, sociales y políticas que generan un funcionamiento armónico entre sí.
Por otra parte la comunicación es esencial para una gestión sostenible de los recursos, ya que el desarrollo sostenible necesita ciudadanos informados, capaces de tomar decisiones correctas para resolver las complejas situaciones a las que nos enfrentamos. Es necesario un cambio de mentalidad, sobretodo en la manera de relacionarnos entre nosotros y con la naturaleza, para poder encaminar el largo camino hacia la sostenibilidad.
Hay que tomar conciencia que el hombre no posee derechos absolutos sobre la naturaleza, sino que debe administrar sus recursos naturales en un marco de respeto. Las medidas que se adopten desde los diferentes sectores, empresas, gobiernos, ciudadanos… determinarán el destino de la fauna y flora silvestres del mundo.
Una razón para la esperanza es que como nosotros los humanos somos los causantes del problema, nosotros podemos solucionarlo (Diamond, 2006).
Magister Eugenia Alaniz – Directora de la Licenciatura en Gestión Ambiental y de la Licenciatura en Higiene y Seguridad Laboral – Universidad Blas Pascal.
Fuente: Licenciada Abril Wilhelm – Responsable de Prensa – Universidad Blas Pascal – abrilrodriguez@ubp.edu.ar