Entre el Consorcio de Gestión del Puerto de Bahía Blanca e instituciones de Ingeniero White trabajaron en la construcción de una marca que represente a la comunidad y posicione al Puerto en Argentina y, como es lógico, en el mundo.
Pero cometieron un error imperdonable, la marca elegida es White, blanco en inglés, que no puede ser utilizada, primero porque no se puede usar como marca algo que es un nombre de uso común, segundo porque White con un agregado (Label) es marca registrada en el mundo, tercero que nada dice de que se trate de un puerto ni despierta sentimiento de simpatía alguna.
Lástima, porque la iniciativa sin lugar a dudas es oportuna en virtud de las nuevas concepciones del marketing con vistas al reconocimiento de una marca que identifique un producto en el extranjero.
El presidente del Consorcio, Miguel Donadío, al presentar la iniciativa que tiene como objetivo principal potenciar el sentido de pertenencia de los whitenses, manifestó: “Esta marca encierra un intangible que representa la energía y la fuerza de toda una comunidad que tiene como objetivo más trascendente, la transformación urbanística con una visión ampliada que incluya lo social, lo económico, lo cultural, lo deportivo y lo turístico de la localidad”.
Nada de eso lo representa un nombre en inglés. Tal vez debería aprender de los ingleses que pusieron a los famosos productos cárneos de General Cerri, “La Negra”, un afamado y millonario nombre comercial. Después tenía el agregado de Corned Beef, Sausages, First bovine juice, etc. Desde luego que para eso los ingleses contrataban a expertos en comunicación, no a improvisadas agencias de amigos.
Más adelante Donadío expresaba: “Muchas ciudades o lugares geográficos adhieren al concepto de city marketing en la inteligencia de posicionarse de una manera estratégica que permita una mejor promoción y un impacto social contundente… Hacer city marketing genera derrame económico, promueve el sitio a nivel nacional e internacional, fomenta la cultura, rescata los espacios públicos y fundamentalmente genera un sentido de pertenencia que sinergiza el trabajo de toda la comunidad”.
Desde ya que una marca como “White” nada le dirá al mundo mayoritariamente comprensivo del idioma. Lo asociarán a dientes, pinturas, cualquier cosa menos un Puerto o lo que sería más conveniente, a los productos provenientes de ese Puerto.
Agregó Donadío: «Cuando preparaba este discurso me preguntaba si este lanzamiento era solo una creación intelectual o encerraba una cuestión más profunda. Nosotros creemos que hacer solo un logo es una idea sin alma, y esto no lo es. Trabajamos codo a codo con la comunidad de Ingeniero White y sus instituciones para lograrlo. Detrás del logo hay un ferviente deseo de transformar el entorno urbano, con el que el Directorio del CGPBB que encabezo, está totalmente comprometido. La marca Ingeniero White es un hito más dentro de las muchas paradas que tiene el sueño de muchos de nosotros de transformar la localidad».
La marca White, precisamente no tiene alma. Es una palabra vacía de contenido sentimental. Pero los sentimientos surgen de espíritus imbuidos de fe y tradición. Si se tuvieran se les hubiese ocurrido nombres como “Don Atilio”, “San Silverio”, “Elevado”, “Puerto de granos”, “45 Pies”, “Sitio 5”, “Guillermo White” (y evitaba las oposiciones a la marca por ser nombre propio), “Ría profunda” “Puerto y Puerta”…Mira si hay nombres mejores!