La Asociación Argentina de Medicina Respiratoria se suma a la campaña de la OMS que insta a instituciones de salud cumplir los protocolos de profilaxis.
La tromboembolia es la formación de coágulos de sangre en las arterias (trombosis arterial) o en las venas (trombosis venosa), que una vez que se forman pueden bloquear el torrente sanguíneo normal e incluso desprenderse y trasladarse hacia un órgano, que es lo que se conoce como «embolia». Esta afección, a menudo evitable, es una patología subyacente de las tres principales enfermedades cardiovasculares causantes de muerte o secuela y discapacidad: infarto de miocardio, accidente cerebro vascular y tromboembolia venosa (TEV).
Esta patología no discrimina y puede afectar a cualquier persona, pero hay factores condicionantes que hacen que en determinadas poblaciones sea más prevalente. Solo en los Estados Unidos, hasta 900.000 personas se ven afectadas anualmente por coágulos de sangre y alrededor de 100.000 de ellas mueren. Estas cifras superan a aquellos pacientes que mueren a causa del SIDA, cáncer de mama y accidentes automovilísticos combinados.
Tromboembolia, mayor riesgo después de una hospitalización
Estar en un hospital es un factor de riesgo significativo para desarrollar TEV. Los pacientes con movilidad reducida debido a reposo, o con politraumatismo, o quienes han sido sometidos a cirugía, tienen más probabilidades de presentar coágulos de sangre. De hecho, hasta un 60% de los casos de TEV ocurre durante o después de una hospitalización, lo que convierte a esta enfermedad en la principal causa de muerte evitable en hospitales.
En un trabajo publicado en la Revista Argentina de Cardiología en abril de este año, que incluyó 684 pacientes de 75 centros, se demostró que el promedio de edad del TEV era de 64 años y el 57% era de sexo femenino. Los factores que predispusieron a la tromboembolia pulmonar se dividieron en aquellos relacionados con el paciente (usualmente permanentes) y con el contexto (usualmente temporales). Entre los primeros destacan obesidad (34%), cáncer activo (22%) y enfermedad tromboembólica venosa previa (18%). Mientras que la hospitalización reciente (34%), reposo transitorio mayor de 72 h (30%) y cirugía reciente (24%) fueron los factores relacionados con los contextos más frecuentes. Solamente 2% de los pacientes no contaba con factores predisponentes para TEV. La mortalidad hospitalaria fue del 12%, principalmente relacionada con el tromboembolismo de pulmón agudo.
Algunas situaciones clínicas favorecen la aparición de TEV, como edad avanzada, insuficiencia cardíaca, reposo prolongado, viajes largos y algunas situaciones genéticas o adquiridas llamadas trombofilias. Además, se considera que determinadas cirugías o procedimientos médicos implican un riesgo mayor de desarrollar TEV. Hablamos de cirugía ortopédica (por ejemplo, cirugía total de cadera o rodilla), cirugía general mayor (especialmente relacionada con el abdomen, la pelvis, la cadera o las piernas), cirugía ginecológica mayor, cirugía urológica, neurocirugía, cirugía cardiotorácica, cirugía vascular periférica mayor y quimioterapia para el tratamiento del cáncer.
Campaña por protocolos de TEV en hospitales
Para evitar la Tromboembolia Venosa asociada a hospitalización, los hospitales del mundo deben establecer y hacer cumplir un protocolo de profilaxis de TEV. Pero, si bien algunos países cuentan con protocolos establecidos, la mayoría no. Por eso, la campaña del Día Mundial de la Trombosis 2019 insta a hospitales, sistemas de salud, legisladores y organizaciones de revisión de calidad hospitalaria de todo el mundo a hacer que el protocolo y la prevención de TEV sean un tema prioritario de seguridad del paciente.
El Día Mundial de la Trombosis constituye un esfuerzo global de médicos, científicos, asociaciones profesionales y grupos de pacientes en torno a un objetivo común, que consiste en generar conciencia acerca de la magnitud del problema relacionado a la trombosis.
Y resaltar la necesidad urgente de llevar a cabo acciones al respecto; específicamente subrayando la amenaza no reconocida y las graves consecuencias asociadas a la morbimortalidad de la trombosis arterial y venosa.
Asesoró: Dra. Graciela Svetliza (M.N. 66412), Comisión Directiva de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria y jefa de neumonología. HIBA.
Fuente: AAMR Prensa