Fueron inauguradas en Viedma las plantas de separación y transferencia de residuos del sistema de Gestión Integral de los Residuos Sólidos Urbanos, del que participan las localidades de Carmen de Patagones y San Javier, en pos de la remediación de sus basurales a cielo abierto.
Fueron más de 130 millones de pesos los que se dispusieron para desarrollar un eficiente tratamiento de la basura, sujeto a los estándares medioambientales que garantizan el cuidado y reaprovechamiento de los recursos.
Participó el intendente municipal de Patagones, José Luis Zara, acompañado por el jefe de Gabinete y Políticas Públicas, Daniel Paredes, el secretario de Obras Públicas, Jorge Isaac y el coordinador del proyecto GIRSU en Patagones, Guido Bergandi.
Se trata del primer proyecto en el país que integra dos jurisdicciones diferentes, la provincia de Buenos Aires y la provincia de Río Negro y, además, es el último proyecto GIRSU a costo cero de las provincias.
La planta de separación permitirá que todos los residuos separados previamente por los vecinos en los puntos de reciclado, en las campañas amarillas y en los dispositivos que se fijen para tal fin, ingresen a dicha planta para ser separados según su clasificación. Para ello, la planta dispone de una cinta transportadora, y se requerirá de recurso humano para la separación manual. El residuo reciclado podrá prensarse y embalarse para su reutilización.
Por su parte, la planta de transferencia, consiste en una playa de estacionamiento construida en altura, para que los camiones recolectores provenientes de las tres jurisdicciones que compone el sistema, vuelquen en una batea de gran dimensión y capacidad los residuos no separados, provenientes de las recorridas diarias por los domicilios. De allí, la batea se trasladará hasta el relleno sanitario, reduciendo notablemente los costos de flete y traslado.
Cabe mencionar que actualmente en Carmen de Patagones el basural a cielo abierto continúa operativo, aproximadamente hasta enero, cuando se concretará el cierre definitivo.
Como se aprecia, sigue el moelo impuesto hace años para el tratamiento de los residuos, es de una precariedad alarmante, destinado al fracaso al no evaluar alternativas para la sostenibilidad económica