Varones y mujeres de distintas provincias argentinas, dejaron su terruño para servir a la Patria desde el Mar. Cada uno con metas y sueños por cumplir y motivados por razones diferentes, ingresaron a la Armada Argentina para ser Marinos.
Hoy presentamos a uno de ellos, entre los 9 que realizaron el Viaje de Instrucción Naval N° 48 alrededor del mundo, a bordo de la fragata ARA “Libertad”, tras casi 6 meses de navegación.
La fragata zarpó el 17 de agosto de 2019 del año de Buenos Aires y recorrió más de 15 puertos del mundo en unas 17 mil millas náuticas: Salvador de Bahía, Recife y Río de Janeiro (Brasil), Santa Cruz de Tenerife, Rota y Cádiz (España), Lisboa (Portugal), Brest (Francia), Amberes (Bélgica), Londres (Reino Unido), Dublin (Irlanda), Boston (EEUU), Miami (EEUU), Bridgetown (Barbados), y Montevideo (Uruguay) .
La fragata se convirtió en su casa, los compañeros de trabajo en miembros de la familia y la labor de todos los días, en el mar como escenario. Representaron a cada una de sus provincias en los puertos arribados, intercambiando modos de ser y trabajar con otros marinos y profesionales del mundo, aquí el objetivo primordial del viaje: instruir en las artes de la navegación, poner en práctica los conocimientos adquiridos, y navegar… con las velas desplegadas.
Lejos del hogar y los afectos, pero muy cerca de la vocación que eligieron para su vida, estos marinos comparten su historia de vida, el quehacer cotidiano en la Institución y en el marco de esta larga navegación fuera del país, su experiencia de viaje.
Cabo Segundo Máquinas Pablo Ruíz Cardozo
“Trabajar en lo que te gusta y conocer otros lugares del mundo, es lo mejor que te puede pasar”. Sostuvo Pablo Ruíz, quien tiene 26 años y es maquinista de la Armada Argentina. Egresó con el mejor promedio académico de la Escuela de Suboficiales hacia fines del 2018 y, por ello, embarcó al año siguiente en la fragata ARA “Libertad” que regresó a Mar del Plata tras su 48° Viaje de Instrucción.
Cerca de Mar del Plata, nacido en Mayor Buratovich, distrito de Villarino, el Cabo Segundo Máquinas Pablo Ruíz Cardozo es el único de 5 hermanos que decidió dejar sus pagos rurales para ingresar en el 2016 a la Escuela de Suboficiales de la Armada Argentina (ESSA).
En su pueblo natal, las tareas de campo son las más comunes, lejos del mar y los buques grises, pero el estudio lo atrajo a la ciudad de Bahía Blanca y, de allí, a la Base Naval Puerto Belgrano, en Punta Alta, donde está ubicada la ESSA. “Sabía de muchos jóvenes de Buratovich que ingresaban como Marineros Tropa Voluntaria a las filas de la Armada; me llamó la atención y quería conocer más”, adelantó.
Tanto le gustó la Base Naval que se inscribió en la ESSA y estuvo dos años estudiando la especialidad Máquinas, Sistemas de Control. Apenas egresó, la fragata ARA “Libertad” fue su primer destino naval y gran embarco, ya que de agosto del año pasado hasta la fecha, navegó por el mundo en el marco del 48° Viaje de Instrucción.
“Este destino es considerado como un premio a los esfuerzos y logros personales en el estudio y yo, la verdad, que re contento de viajar”, aseguró, y enseguida describió a la fragata como “majestuosa” y lo vivido durante el viaje como “una experiencia inolvidable”.
A bordo de la fragata por el mundo
El buque argentino es una escuela flotante, que lleva a bordo a los cadetes del último año de la Escuela Naval Militar quienes, al finalizar el periplo, egresan como oficiales de Marina. Para Pablo, la fragata es su primer destino de trabajo, donde tuvo que poner en práctica el conocimiento adquirido en la Escuela de Suboficiales, y una nueva responsabilidad y desafío: “En la escuela te preparan para desempeñar una función pero en el destino te encontrás cara a cara con la realidad, la maquinaria y la navegación también; fue todo nuevo para mí”, agregó.
Su puesto de trabajo diario a bordo estuvo en el Departamento Máquinas, donde uno transita siempre con sordinas y el equipo reglamentario de protección personal respetando todas las normas de seguridad y en grupos de personal de a al menos tres personas, relató: “Controlando, revisando continuamente y reparando algo, si se requiere; haciendo lo que a uno más le gusta. Trabajar en lo que te gusta y además poder conocer otros lugares del mundo, pienso que es lo mejor que te puede pasar”, destacó el joven marino de su viaje.
“Conocí Francia y la torre Eiffel; Miami con sus playas y mundo tecnológico; aunque todos los puertos fueron lindos. Representar a mi país, como a mi provincia y ciudad en el extranjero, es de alguna manera servir a la Patria, porque la fragata es una embajadora argentina en el mundo”, reflexionó. Lo más difícil fue extrañar a la pequeña Briana, su hijita de 4 años, quien se encuentra en Río Colorado (localidad de la provincia de Río Negro) con su mamá.
“Fue interesante el intercambio con otras Marinas extranjeras también”, dijo, y no dudó en invitar a los más jóvenes de su ciudad a conocer la Institución y sumarse a las filas de la Armada Argentina: “La experiencia que se adquiere aquí es muy buena, y yo creo que no se vive en otros lados”.
Fuente: María Silvina Rosas – Gaceta Marinera – maradentro_2004@hotmail.com