El Pony de Matías
Una noche de verano, Matías recibió el mejor regalo, un pony de peluche que le trajo su abuela después de un largo viaje.Era su cumpleaños y el pequeño estaba muy emocionado por la ocasión.
Por eso, superado por su entusiasmo, comenzó a portarse muy mal y sus padres lo terminaron retando severamente.Llegando al punto de advertirle que, si continuaba con ese inaceptable comportamiento, su abuela se llevaría el preciado juguete.
Pero poco le importó al travieso niño quien, luego de soplar las velas en el momento de la canción cumpleañera, tiró el pastel al suelo sin interesarle absolutamente nada.
Muy enojados por lo sucedido, sus padres le dijeron al rebelde infante que se había sobrepasado y como castigo su abuela se llevaría su adorado pony.
Asustado por lo que había oído y rápido de reflejos, Matías tomó al peluche y se lo llevó corriendo a su cuarto.Ya en su cama, el niño abrazó con fuerza a su amado pony, temeroso de que se lo llevaran.Fue así que pensó en quedarse despierto toda la noche, vigilando que no le intentaran arrebatar a su querido amigo de peluche.
Pero con el correr de las horas, el inocente niño no pudo evitar caer en un sueño profundo y terminar durmiéndose.
Al día siguiente, con los rayos del sol iluminando su rostro, Matías empezó a despabilarse y cuando despertó, el pony todavía estaba allí.Colmado de felicidad, lo sujetó entre sus brazos y corrió velozmente hacía donde estaban sus padres.
Y así, al llegar a ellos, los abrazó para agradecerles… y finalmente, prometerles que no volvería a portarse mal nunca más.
Ella
El viento azota fuertemente las calles del barrio, castigando sin piedad a las personas que salen de sus casas para enfrentar el día.
En uno de esos hogares se encuentra una chica trabajadora, desayunando unas tostadas con mermelada y tomando unos mates, mientras revisa sus apuntes de la Facultad. Porque, además de trabajar, estudia con dedicación y nunca se pierde una sola clase.
Cada día, realiza un gran esfuerzo para llegar a su gran objetivo: recibirse y ganarse la vida desempeñándose en el oficio que la apasiona.Aunque es una persona muy responsable, ella está lejos de ser seria o aburrida, todo lo contrario.
Porque, a quien la conoce realmente, le regalaba su locura especial y una risa completamente contagiosa.Su sonrisa perlada es mágica, como la ternura que puede imprimirle a cada momento, ya que ella tiene el don de convertir lo cotidiano en algo único y especial.
En su hermosa mirada, siempre refleja su indudable sinceridad, que a veces se transmite en un inevitable llanto.
Aquella dama sabe perfectamente que llorar no es un signo de debilidad, porque alguien que se atreve a mostrar sus emociones, demuestra una gran fortaleza en su interior.
Ella entiende muy bien cómo se debe enfrentar la vida, y por eso abre decidida la puerta para desafiar al viento. Ya que ese obstáculo, no significa nada comparado a los momentos duros que atravesó, con la fuerza de una verdadera guerrera.
Y así, parte finalmente hacia su destino, desconociendo que ese será uno de los días más alegres de su vida.
Porque las mejores personas nunca saben eso, ni tampoco se dan cuenta de cómo llegan a cambiarle la vida al resto de los mortales.
Adrián Rusak
Redactor y guionista tanto en el campo radial como en el audiovisual.
Recibido como «Guionista de Radio y Televisión» en el prestigioso Instituto Superior de Enseñanza Radiofónica (ISER) en el año 2014.
Desde entonces ha sido autor de diferentes ficciones, tanto audiovisuales como teatrales. Así como también, escritor de relatos breves publicados en Sexta Sección.