La costa próxima a Carhué del Lago Epecuén, la que va desde el Oeste hasta el Este Sud Este, mostró el manto blanco que produce el sulfato de sodio que, en abundancia, contiene el agua del Lago.
Ello, más el descenso de la temperatura ambiental de esta parte del año próxima al invierno, provoca la alta concentración en la superficie y que por su mayor peso específico se deposita en la playa ribereña.
El fenómeno era habitual antes de la inundación de agua dulce producida en 1980 y recién reapareció ocasionalmente a partir del año 2012.
La Sal volvió a brotar en el Lago Epecuén de Carhué
De la redacción de Departamento de Comunicación de la Municipalidad de Adolfo Alsina.
Epecuén recibió a Junio con su hermoso manto de sal. El fenómeno químico que provoca el sulfato de sodio junto a las muy bajas temperaturas tiñó de blanco, una vez más, las costas del Lago Epecuén.
Hoy, solitarias la mayor parte del día, las playas en Carhué muestran los cristales de sal que no sólo cubren el suelo, también se adhieren a los elementos de las ruinas de Epecuén.
El espectáculo, conocido para muchos, asombra a quienes nunca lo vieron y vivencian por primera vez lo que parece nieve o hielo.
Cada hora del día le da diferentes tonalidades, pero sin dudas el atardecer es el momento en que el evento se transforma en una obra de arte technicolor, imprevisible y perecedera.
Esta bella atracción turística será, por el momento, sólo para los habitantes del lugar, a la espera de volver a recibir visitantes que la caminen, fotografíen y jueguen con sus cristales.