Andreas Ludwig Kalcker es un centífico alemán radicado en Suiza, que desde hace más de 13 años trabaja en la investigación y desarrollo del Dióxido de cloro (ClO 2) para la cura de enfermedades causadas por bacterias, virus y hongos.
En los últimos meses, su figura se ha vuelto relevante a causa de la afirmación de que el CDS (Solución de Dióxido de Cloro) ha curado del Covid-19 a más de 100 pacientes en Ecuador, como parte de los estudios preliminares que el científico y su equipo llevan a cabo en distintos países y regiones del mundo.
Según detalla en su sitio web el propio Kalcker, el dióxido de cloro (ClO 2) se ha utilizado desde hace más de 100 años para combatir todo tipo de bacterias, virus y hongos. Actúa como desinfectante, ya que en su modo de acción resulta ser un oxidante. Se asemeja mucho a la forma en la que actúa nuestro propio cuerpo, por ejemplo en la fagocitosis, donde se utiliza un proceso de oxidación para eliminar todo tipo de patógenos.
El dióxido de cloro es un gas de color amarillento que, hasta la fecha, no está introducido en la farmacopea convencional como principio activo, aunque se utiliza de manera obligatoria para desinfectar y conservar las bolsas de sangre para transfusiones. También se usa en la mayoría de las aguas embotelladas aptas para el consumo, puesto que no deja residuos tóxicos; además de ser un gas muy soluble en agua y que evapora a partir de los 11 ºC.
«La reciente pandemia del coronavirus Covid-19 demanda soluciones urgentes con enfoques alternativos. Por ello, el dióxido de cloro (ClO 2 ) en solución acuosa a dosis bajas promete ser una solución ideal, rápida y efectiva para la eliminación de este virus. Demasiadas veces ocurre que la solución está en el camino más simple», afirma Andreas en su sitio oficial.
El testimonio de Kalcker y de muchas personas en todo el mundo que utilizan el CDS de manera preventiva o curativa, es cada vez más contundente. Para muchos, sin embargo, queda por determinar de modo fehaciente cuál es el verdadero motivo del rechazo que su propuesta provoca entre tantos médicos y especialistas de la medicina. Probablemente esto se deba, en gran medida, al desconocimiento y al prejuicio inducido por los protocolos unilaterales de la salud centralizada.
Hoy, más que nunca, se necesita profundizar en una sincera investigación, más allá de las «bajadas» de los protocolos de la O.M.S., las cuales -todos lo sabemos- responden a lineamientos e intereses comerciales de grupos corporativos muy poderosos ligados a la «salud» y a la política global.
Lo cierto es que son muchos los profesionales de la salud, médicos e investigadores que apoyan las tesis de Kalcker, en nuestro país y en todo el mundo.
Ponemos aquí a disposición las herramientas disponibles para que cada uno de nuestros lectores pueda hacer su propia averiguación al respecto, evitando así los «filtros» no siempre sensatos de los medios masivos de comunicación (los cuales también sabemos todos que son digitados por los intereses antes mencionados).
Este es un pseudocientifico que promueve soluciones milagrosas que son pura farsa. Cuidado!
Gracias Oscar por tu comentario. Para redactar la no ta nos basamos en información fehaciente y en numerosísimos testimonios de médicos que avalan el Dióxido de cloro, así como en muchos testimonios de personas que lo consumen a diario desde hace mucho tiempo sin efectos negativos. En distintos países se utiliza y en otros se está investigando su uso para el COVID. Por último, Andreas Kalcker es científico del área de la biofísica, no es «pseudo-científico».
Muchas gracias nuevamente por tu comentario
querido oscar hernandez, cuidado si alguna vez tienes que recurrir al dioxido de cloro para curarte de algo porque es de una toxicidad extrema. yo lo consumo desde antes de la pandemia y crei que me moria, pero lo segui tomando, supongo que algun dia me matara, pero no sera por el coronavirus.
por ultimo, quiero agregar que los mas de 1000 medicos de 13 paises del comusav que ya lo utilizan deben estar todos equivocados…carcel para ellos, carcel para todos los de la secta de la lejia…