En oportunidad de conmemorarse el Día Mundial de los Océanos, el ingeniero Alejandro Sturniolo, directivo de ALADYR (Asociación Latinoamericana de Desalación y Reúso de Agua) y vicepresidente de IDA (Asociación Internacional de Desalinización), nos recuerda el papel crucial que tienen en el desarrollo de la vida en nuestro planeta y en nuestra vida cotidiana.
«No todo el dióxido de carbono que nos preocupa del calentamiento global emitido a través de actividades industriales humanas permanece en la atmósfera. Entre el 25% y el 50% de estas emisiones son absorbidas por los océanos, volviéndolos más ácidos. Este proceso puede causar una reducción del plancton, afectando a especies que sustentan la cadena alimentaria. Si esto continúa avanzando a esta velocidad, en 75 años pueden extinguirse 30% de las especies marinas.”
“Otro gran problema cada vez más presente en aguas superficiales es la presencia del fósforo y nitrógeno, que aportan, sobre todo, los líquidos cloacales. El Río Suquía en la provincia de Córdoba, Argentina, es uno de los más castigados por esta problemática. La combinación de estos nutrientes, los generados por la agricultura (62% de lo que llega a nuestros océanos), el aumento en la temperatura del agua de los océanos provocada por el cambio climático y la ayuda de los fertilizantes que llegan a nuestros ríos son la fórmula perfecta para la aparición del sargazo que crece las costas del Caribe. Cuando las algas están en suspensión hacen que el agua esté turbia, e impiden la fotosíntesis de otras especies de algas y pastos marinos, acabando con el oxígeno en la región y haciendo que otras especies de algas y acuáticas también mueran.”
“ Se estima que actualmente llegan 8 mil millones de toneladas de plástico al mar por año. Como es conocido, el plástico no se degrada en el medio ambiente, sino que se rompe en partículas cada vez menores formando micro plásticos. Muchos animales marinos confunden este contaminante con comida y no logran eliminarlos, por lo que se bloquea su tracto digestivo y mueren de hambre con el estómago lleno de estos componentes.”
“Un trozo de plástico puede adsorber químicos de todo tipo, hasta esconder virus en su interior y transportarse por diferentes continentes durante años. Algunas de estas sustancias tóxicas presentes en los micro plásticos son los llamados Contaminantes Emergentes. Entre los que más han ganado popularidad, están las sustancias perfluoroalquiladas (PFAS), como el Teflón, que es usado en utensilios de cocina, mientras que otras sustancias de este grupo se usan en alfombras y espumas contra incendios. Estas sustancias también son emitidas al medio ambiente a partir de las fábricas donde son producidas, acabando en el aire, ríos, consecuentemente en océanos y el agua que tomamos. Un estudio de la Universidad del Estado de Nueva York, en Freedonia, encontró un promedio de 325 partículas de plástico por cada litro de agua embotellada analizando 259 botellas de 11 marcas distintas en 9 países diferentes.”
«Nuestra esperanza es que además de comenzar a responsabilizarnos de los residuos que generamos, contamos con la tecnología y la ingeniería para evitar continuar contaminando el medioambiente o intoxicarnos de la forma que lo venimos haciendo. Estas tecnologías incluyen desde la utilización de energías renovables (solar, eólica, biomasa, e hidráulica), el reúso de efluentes, tratamiento de aguas residuales con remoción de nutrientes (nitrógeno y fósforo), de lixiviados de residuos sólidos urbanos, hasta los tratamientos de membranas de múltiples barreras para la remoción de contaminantes emergentes para la generación de agua realmente pura».
Fuente: Rocío Freijo – Asistente de Cuentas – SUR Comunicación – ocio@surpr.com.ar