Había cumplido 81 años el 31 de agosto próximo pasado. Tan solo 7 años fue sacerdote, precedido por 23 de diácono, pero dejó una huella indeleble en las comunidades de Saldungaray, Sierra de la Ventana y Coronel Pringles donde ejerció funciones de párroco.
En el año 2013 Juan Carlos de Piazza fue nombrado diácono permanente y designado como sacerdote en la Parroquia Nuestra Señora del Tránsito, de Saldungaray.
Desde el año pasado se había radicado en España debido a una enfermedad que exigía atención y su hija que vivía allí se la podía dar. Hace unos 20 días atrás fue sometido a una delicada intervención quirúrgica de la que no pudo recuperarse falleciendo a los 81 años.
Juan Carlos quedó viudo a los 39 años cuando su esposa falleció en un accidente de tránsito y desde entonces se consagró a la vida de la Iglesia, desde que en 1979 el obispo Rómulo García se lo llevó como su secretario desde Mar del Plata –donde fue visitador médico, practicó karate y atendió un kiosco– a Bahía Blanca, donde comenzó a estudiar Teología y se consagró como diácono.
“Todos me preguntaban cuándo iba a dar el paso para pedir ser cura, pero yo los frenaba”, recordaba Juan Carlos. Un viaje a la Virgen del Cerro en Salta le dio el impulso final. “Había como 5.000 personas. Me impresionó mucho la gente, su manifestación de fe y las vivencias en el micro”, reveló. De regreso a Saldungaray, en el que se asentódurante 6 años, rezó y rezó hasta que se decidió a hablar con su actual arzobispo. “Te estaba esperando”, le dijo monseñor Guillermo Garlatti, quien lo ordenara sacerdote.
Así, Juan Carlos De Piazza, padre de dos hijos y abuelo de seis nietos, se convirtió el 31 de mayo de ese año en cura de la parroquia Nuestra Señora del Tránsito de Saldungaray, única en el país que guarda la imagen de una Virgen María recostada.
Su nombramiento, una de las últimas decisiones de Benedicto XVI antes de su retiro, generó tanta algarabía en la población de 1.300 habitantes que la ceremonia se realizó en el gimnasio del colegio Fortín Pavón donde más de un millar de personas participaron.
Ni bien se conoció la noticia de su deceso, las redes sociales se inundaron de mensajes, cada uno de ellos recordando con cariño a este gran hombre que dejó una huella indeleble en la Comarca Serrana, en Coronel Pringles y en cada lugar por donde pasó.