En 1968 fueron recuperados restos óseos y muchos elementos utilizados por los militares en los asentamientos y poblaciones de fronteras a finales del siglo 19. Estaban en el Cementerio Militar de Puan y fueron colocados en una urna.
En el año 2018, vándalos rompieron el vidrio de la cripta en cuyo interior se encontraba la urna depositada en el año 1979, en la Plaza de la Patria. La urna y su contenido fueron trasladados por su Directora, técnica Jorgelina Walter al Museo Municipal Ignacio Balvidares, de Puan.
La urna y su contenido fueron relevados por los Licenciados en Antropología (orientación Arqueología) Cecilia Panizza y Lucas Martínez del Centro del Registro Arqueológico de la Provincia de Buenos Aires, institución con la que se puso en contacto la directora Walter.
Charla sobre los hallazgos del Cementerio Militar Puan
Los investigadores Fernando Oliva, María Cecilia Panizza, María Gimena Devoto y Camila Oliva, pertenecientes al Centro de Estudios Arqueológicos Regionales de la Universidad Nacional de Rosario y al Laboratorio de Análisis Cerámico de la Universidad Nacional de La Plata, brindaron una charla titulada “El cementerio militar de Puan – Fines del siglo XIX, provincia de Buenos Aires, organizada por el Museo Municipal.
Asistieron unas 25 personas de diversas partes del país y también de Londres. En la charla de una hora, los expositores abordaron el contexto histórico de la frontera a fines del siglo XIX, las características de los cementerios militares de ese período histórico, la información provista por las fuentes, el análisis de los diversos materiales recuperados en la Plaza de la Patria, la interpretación de los restos estudiados y su aporte a los procesos de construcción de identidad, vinculados al origen de esta población como enclave militar de frontera, incluyendo las disputas en torno a este espacio de memoria.
Resultados
Los restos arqueológicos analizados corresponden a parte del conjunto recuperado en el año 1968.
Los materiales que contenía la urna fueron clasificados en botones de uniformes con el escudo nacional , fragmentos de madera, clavos, un cartucho de arma de fuego, herrajes, restos de tela y calzado (botas, tacos, suelas) y los restos óseos que permitieron determinar un número mínimo de siete personas.
Se llevó a cabo un registro fotográfico de todo el material, y se consignaron sus medidas y características morfológicas, los cuáles permitirán obtener información acerca de la contextura física, patrones de nutrición y presencia de patologías o enfermedades (como las fracturas, los procesos infecciosos y alteraciones dentarias, entre otros) en estas poblaciones de fines del siglo XIX, además de la forma de vida desarrollada en este tipo de asentamientos militares de frontera.
Los restos humanos
Comprenden un cráneo completo y 4 fragmentos de cráneo, 2 mandíbulas y 3 fragmentos de mandíbula, 3 fémures izquierdos y 3 derechos, 7 húmeros izquierdos y 6 derechos, 4 tibias izquierdas y 3 derechas, 3 omóplatos izquierdos y 2 derechos, 5 sacros, 3 clavículas, 7 radios izquierdos y 7 derechos, 4 calcáneos y una ulna (hueso del antebrazo en el lado opuesto al pulgar), 6 cúbitos derechos y 4 izquierdos, 7 peronés izquierdos y 4 derechos, 3 fragmentos coxales izquierdos y 3 derechos, 18 costillas izquierdas y 25 derechas, también vértebras cervicales, torácicas y lumbares y 5 dientes sueltos.
Se examinaron las características morfológicas de la pelvis y del cráneo con el fin de determinar sexo y edad según métodos convencionales (Buikstra y Ubelaker 1994 – Krenzer 2006 – Meindl y Lovejoy 1985 – Phenice 1969), a partir de los cuales se estimó que correspondían a 7 individuos de sexo masculino menores a 40 años, de los cuales uno estaría cercano a los 18 años. No presentaban patologías vinculadas a la violencia. Sólo un hueso de la pierna presentaba fractura, pero había sido producida pos mortem.
En cuanto a los elementos culturales que se recuperaron del contexto arqueológico, corresponden a 6 botones con el escudo argentino, 5 botones de camisa, 5 tacos, 3 suelas y 4 botas de caña alta, junto con otras partes muy fragmentarias: restos de madera, de herrajes propios de los cajones de ataúd, 32 clavos, restos de tela, un par de hierros de más de 50 cm terminados en punta y un cartucho de arma de fuego.