Suboficial Segundo Rosana Jassin, de Punta Alta
La Suboficial de la Armada Argentina Rosana Jassin, nació en Quilmes y vive en Punta Alta, ciudad lindera a la Base Naval Puerto Belgrano donde se encuentra el destino Naval de esta mujer militar.
“El escalafón Furriel me apasiona de verdad”
La Suboficial Segundo Rosana Paola Jassin, del escalafón Furriel, trabaja como auxiliar de la División Justicia del Comando de Adiestramiento y Alistamiento de la Armada; pero no siempre estuvo entre papeles y escritorios, dedicada a actividades administrativas. Antes, era artillera.
Nacida en la ciudad de Quilmes, Zona Sur del Gran Buenos Aires, a los 4 años de edad se radicó con su mamá y sus hermanas en la ciudad de Punta Alta, donde creció, formó su familia y encontró su vocación.
“Me siento de esta ciudad. Me encantaba ir a ver los desfiles militares y escuchar a la Banda de Música. Ahí nació mi vocación por el servicio —cuenta Rosana—. Recuerdo que deseaba vestir el uniforme de la Armada y desfilar.”
Cursó la primaria hasta 3° grado en la Escuela N° 9 “General José de San Martín” y la terminó en la N° 23 “Ricardo Gutiérrez”; hizo la secundaria en la Escuela de Enseñanza Media N° 1 “Ingeniero Luis Luiggi”.
Antes de finalizar sus estudios, ya trabajaba en una farmacia. “Era un trabajo seguro y estaba bien, pero yo quería entrar a la Armada”, cuenta. Es así que ingresó a la Escuela de Suboficiales en febrero de 1998.
“Elegí la especialidad Mecánica de Sistemas, que tenía varias orientaciones. Me tocó Artillería y después del egreso me desempeñé en esa área durante 4 años.”
Sus primeros destinos fueron en el Arsenal Aeronaval y la Base Aeronaval Comandante Espora, luego integró el Departamento Cuerpo de Aspirantes de la Escuela de Suboficiales y en 2012 prestó servicios en el Servicio de Análisis Operativo, Armas y Guerra Electrónica. En ese período pidió el cambio a furriel, por lo que tuvo que estudiar y rendir las materias de esa otra especialidad.
“En lo personal, sentí que mi desempeño en el área administrativa era más productivo y exitoso”, relata Rosana, que tiene 41 años y 3 hijos de 11, 13 y 20 años.
“Como les digo a mis hijos: lo importante a la hora de elegir que estudiar, es pensar que en un futuro puedas desarrollar tu profesión siendo feliz, sin sentirte obligado”, dice Rosana.
Las funciones de un furriel varían de acuerdo con el cargo y con el destino. En particular, el trabajo como auxiliar de la División Justicia abarca gran parte de temas de la Armada, porque en su oficina se realizan actuaciones administrativas e informaciones disciplinarias, se elaboran expedientes, se redactan disposiciones, se registran sanciones y se asesora sobre la reglamentación en vigor.
“Es un cargo de alta responsabilidad por los temas que se tratan y el equipo de trabajo está integrado por un suboficial mayor que supervisa nuestro trabajo y 2 cabos principales”, explica.
“Yo hoy disfruto, soy feliz desempeñándome como Suboficial de la Armada, y quiero a esta Institución. Disfruté ser artillera y adquirí conocimientos que aún hoy puedo aplicar, pero ser furriel me apasiona de verdad”, concluye.
El Administrativo Naval
El furriel es el administrativo naval, una de las 15 especialidades de formación en la Escuela de Suboficiales de la Armada Argentina. Se instituyó como el Día del Furriel un 20 de octubre por la creación en 1926 de la Escuela de Furrieles (O.G. N° 149/1926).
Los furrieles realizan, entre otras, tareas administrativas relativas al personal, a las finanzas y a la adquisición y control de los repuestos y suministros necesarios en los diferentes destinos; asesoran también en cuestiones relacionadas con la reglamentación y documentos vigentes y trámites internos de la Institución.
Fuente: Licenciada en Comunicación Social María Silvina Rosas – Mar Adentro – www.gacetamarinera.com.ar