“Dios nos da en cada minuto algo extraordinario”
Dice Rubén Kravetz, de 58 años, mecánico dental y apasionado de la fotografía, autor de la imagen del doble arco iris que apareció sobre Monte Hermoso y que se hizo viral repicándose en las redes dado las escasas veces que se produce un fenómeno así.
Rubén, enamorado de Monte Hermoso cuenta como captó el doble arco iris: “Mi amigo Lucas Mazzarini me avisó que este fenómeno estaba sucediendo en ese momento. Yo había venido ese día de sacar múltiples fotos porque fue un día extraordinario, increíble; cambiaban los colores todo el día, de la mañana a la noche, estaba en casa revelando unas fotos y esperando la puesta de sol, y Lucas me llama y me dice que mire al este, que hay algo extraordinario”.
“Nunca había visto algo así, me temblaba la mano, agarré la cámara y retraté” asevera.
“El momento fue breve, sólo pude sacar unas diez fotografías, pero bastó para reflejar la maravilla de la naturaleza, en ese instante, en ese cielo, en el ojo de una cámara. El momento no duró mucho, aunque más de lo normal, porque fue una luz perfecta -eso tiene que ser perfecto”.
“Todo se puede hacer si uno está rodeado de buena gente” reflexiona Ruben, repasando sus vivencias y sus actividades. Habla con orgullo de su padre que peina más de 80 años y que le ha dado todos esos consejos de sabiduría de vida; de sus hijos adolescentes, de los deportes acuáticos que desarrolla en una acción cómplice con el viento y el mar, en el arte de su oficio, en el disfrute de la vida.
“Dios nos da una herramienta que es la aceptación y el tiempo, y al margen de eso, al recordar a las personas, no mueren” dice con esperanza y fe.
Rubén se reconoce hombre creyente de lo que cada uno es y tiene. Referenciando a la Madre Teresa de Calcuta recuerda que ella decía: “No vengan a Calcuta, porque cada uno tiene a Calcuta en su ciudad”, contando que en esta época de pandemia, sacó el 99% de sus fotos en un espacio de un kilómetro y medio a la redonda de donde él vive, y pudo así mostrar la maravilla de lo que nos rodea, sin necesidad de ir a buscarlo más lejos.
Recuerda a su profesor Aldo Ferrari de Punta Alta y rememora que desde muy joven se sintió cerca de este oficio, aunque nunca lo hizo para ganar dinero. Se contactó con Ferrari pidiéndole fotos de las prótesis, pero que él le planteó que mejor le enseñaba, para poder hacer las fotos a su gusto.
“Acá en Monte Hermoso tenemos gente de primera en fotografía” dice Rubén y acompaña esta aseveración nombrando a Fabio Latorre y a Luis Sosa. “Yo lo que muestro en mi fotografía es mi camino” asevera, sin mostrar preferencias por el paisaje, o los animales, o las personas. “No podes dar lo que no tienes” expresa convencido, “muchas veces en la inmediatez de la fotografía posamos con una sonrisa o con una situación, que no es en realidad lo que verdaderamente uno lleva adentro”.
“Dios nos da en cada minuto algo extraordinario (…) lo que muestro en mi fotografía es mi camino”.
“Yo recomiendo en la vida que no hagan números. Vinimos por un tiempo, esto es limitado; hagan cuánto quieran hacer y que no les importe un ‘like’. A mí no me importa”, concluye Rubén Kravetz.