Con propuestas ideales para lo que la “nueva normalidad” impone, los destinos turísticos del sudoeste bonaerense ganan terreno en las segundas vacaciones de invierno signadas por la pandemia.
Viajes cortos, aire libre, contacto con la naturaleza, actividades lejos de aglomeraciones, requisitos simples para el acceso, son algunas de las características del llamado “turismo de cercanía” que, todo indica, llegó para quedarse y para el que la sexta sección ofrece un enorme abanico de posibilidades.
Puan y la Comarca de las Sierras, son algunos de los distritos que combinan belleza natural, historia, religión y sabores regionales. Una amplia posibilidad de disfrutar el tiempo libre.
Puan: naturaleza y religión
El reflejo del sol que se puede ver durante todo el día sobre su inmensa laguna dio origen a su nombre: “Epu-Antú” que en lengua mapuche significa “Dos Soles”. Este gran espejo de agua, que ocupa unas 700 hectáreas y se encuentra a tan solo diez cuadras del centro de la localidad, facilita los recorridos por un sendero ecoturístico de interpretación a través de un trayecto peatonal de 250 metros.
A su vez, su leve y manso oleaje permite la práctica de diferentes deportes acuáticos, si bien la laguna de Puan es famosa por la pesca del pejerrey.
Sobre un cerro adyacente a la laguna, se ubica otro de los atractivos turísticos de la región: El Tempo Mirador Millenium. Inaugurado en 2010, su plataforma superior permite acceder a increíbles vistas panorámicas de llanuras y sierras.
El diseño, pensado para trascender el Gran Jubileo del año 2000 de la era cristiana, está inspirado en los pozos romanos, y se destaca por las dos rampas de acceso helicoidales a través de las cuales pueden subir personas de todas edades y condiciones físicas.
En forma de caracol con una cruz en lo alto sobre un reloj de arena que simboliza el tiempo otorgando pleno significado, el templo de encuentra a pasos del Monasterio Santa Clara de Asís y el Vía Crucis, verdadero destino de turismo religioso.
Otro atractivo saliente de este espacio natural es la isla de Puan, ubicada en el centro de la laguna, donde vive una sola persona y a la que se puede cruzar varias veces en el día. Reserva natural y cultural con gran valor arqueológico, fauna autóctona y afloramientos rocosos del extremo occidental del Sistema de Ventania, es mágica y permite saludables caminatas y fáciles ascensos a las sierras.
Comarca Serrana: vida silvestre, historia y aventura
El cerro Tres Picos -la cima más alta de la provincia de Buenos Aires, con 1.239 metros- es uno de los principales atractivos de esta bellísima zona turística. El Cerro Ventana, por su parte, con 1136 metros, da nombre a todo este sistema serrano, el de Ventania, y a toda la comarca, que incluye a su vecina Villa Arcadia y también a Villa Ventana, Villa Serrana La Gruta, Saldungaray y Tornquist, cabecera del partido.
Se trata de un bellísimo paisaje de ondulaciones suaves que invita a aventurarse en la naturaleza -caminatas, mountain bike, rappel, escalada, cabalgatas- y también a descansos reparadores, con sitios históricos, museos y hasta una bodega.
El Cerro Ventana se ubica dentro del Parque Provincial Ernesto Tornquist, desde el cual se realizan excursiones a atractivos propios de la comarca turística. Recibe 100 mil visitantes al año y es la principal atracción del lugar, con el Cerro Bahía Blanca, el Jardín Botánico, sitios de arte rupestre, la Garganta Olvidada y los Piletones naturales, en un entorno de hermosas vistas panorámicas.
Otra excelente excursión para hacer en la zona es el safari, que recorre caminos entre sierras para ver animales hasta la cima del cerro Tigre, desde donde se divisa la interminable llanura y se ve una gran cueva que, dicen paleontólogos, cavó un gliptodonte hace unos 8 mil años.
Y para amantes de la historia y la arquitectura, es infaltable la visita a las ruinas del ex Club Hotel de la Ventana, hoy bautizado “el Titanic de las Sierras”. Inaugurado en 1911, fue construido con todos los avances de la Belle Epoque, pensando en la aristocracia nacional. Se lo considera el primer complejo hotelero de Sudamérica y uno de los primeros casinos en la Argentina.
Recibió el título de «Maravilla del siglo” por parte del presidente Julio Argentino Roca y se convirtió en el centro de reunión de políticos, diplomáticos y miembros de alta sociedad, hasta que la Primera Guerra Mundial limitó la llegada de las personalidades europeas, una baja económica a la que se sumó el cierre de todas las salas de juego del país por un decreto de Hipólito Irigoyen.
En 1920 se decidió su liquidación y en 1943 se convirtió en el alojamiento de los soldados nazis que fueron rescatados del acorazado Admiral Graf Spee que se hundió en el Río de la Plata. En 1983, un incendio intencional dejó en pie sólo la estructura de este signo de otros tiempos, que vale la pena conocer.