Además de la naturaleza, la salud se convirtió en la otra protagonista indiscutida de estas vacaciones de invierno signadas por la segunda ola de la pandemia. En tiempos de incertidumbre y adversidad, la vuelta a la “esencia” como búsqueda de desconexión y cuidado personal convirtió al turismo termal en uno de los predilectos.
El enorme abanico de posibilidades recreativas que ofrece el sudoeste bonaerense incluye también aguas termales. De hecho, en la sexta sección está la Capital Provincial del Turismo Termal: Carhué.
Pero no sólo en las termas se encuentra un descanso reparador. La diversidad natural de Las Encadenadas del Oeste ofrece propuestas que oscilan entre el relax y el deporte, y se adaptan a todos los gustos.
Carhué – Epecuén
Las aguas termales son un atractivo todo el año que ha sido revalorizado en la pandemia y el sudoeste bonaerense cuenta nada más y nada menos que con la Capital Provincial del Turismo Termal: Carhué.
Miles de turistas la visitan cada año en busca de sal y fango, los componentes principales de las aguas del Lago Epecuén, que escolta la ciudad y nutre a los hoteles de la zona para sus piscinas, baños termales y tratamientos de spa y belleza.
El Lago Epecuén es un majestuoso espejo de agua que, por su salinidad, sólo es comparable con el Mar Muerto, en Medio Oriente. Sus aguas concentran 200 gramos de sal por litro y tienen efectos sedativos, aportando 22 minerales ideales para tratamientos de belleza y salud.
De hecho, el fango del lago obtuvo calificaciones de primera calidad en congresos internacionales de España y Tokio debido a sus propiedades irrepetibles, la capacidad mineral, textura y untuosidad que lo hacen totalmente diferente a los fangos conocidos.
Pero el “milagro” de las aguas del Lago Epecuén es la intensa relajación muscular que producen por la combinación de la presión hidrostática y la alta carga mineral, que actúa de manera sedativa, e induce el sueño, generando un descanso reparador y un placentero despertar. Flotar sin hacer esfuerzo es una práctica repetida por cada visitante que llega ávido a este lugar de relax y en busca de sanación.
En Carhué, la ciudad que escolta estas aguas, las opciones van desde hoteles con baños termales, hasta con lujosas piscinas climatizadas cubiertas y al aire libre, pasando por los que ofrecen tratamientos faciales con fango y cremas del Lago Epecuén y relajantes masajes.
Para quienes se acercan a esta localidad del partido de Adolfo Alsina, la visita imperdible es a las Ruinas de Villa Epecuén, un pueblo “fantasma” que en 1985 tras una impresionante inundación quedó sepultado bajo las propias aguas del lago. Hasta ese momento, fue el destino turístico predilecto de la aristocracia argentina. El paisaje surreal de ruinas, árboles muertos, el blanco de la sal y la desolación casi total, es digno de conocer.
Por si esto fuera poco, en torno al Lago Epecuén vive la tercera colonia de flamencos más grande de América junto a otras aves playeras. Los que conocen el lugar dicen que ningún atardecer es igual a otro pero todos ofrecen escenas cinematográficas.
Las encadenadas del Oeste
Diez años antes de la inundación que arrasó con Villa Epecuén, el lago presentaba una bajante inquietante para la actividad turística del lugar debido a una gran sequía que atravesaba la provincia, por lo que el Estado decidió crear un sistema de canales y compuertas conectando varias lagunas del sudoeste bonaerense para así asegurarse que ninguna se secara. Hoy este sistema de lagunas interconectadas se conoce como Las Encadenadas del Oeste.
El sistema está formado por cinco lagunas principales conectadas entre sí: Alsina, Cochicó, Del Monte, Del Venado y Epecuén.
Laguna Alsina
Ubicada entre los partidos de Guaminí y Daireaux, es conocida como la Capital del Pejerrey, ya que en sus aguas se pueden obtener excelentes piezas desde la costa o embarcando.
Junto con la Laguna Cochicó y la Laguna del Monte (ubicada en el centro de la ciudad de Guaminí), la Laguna Alsina forma parte del llamado Complejo Lacustre las Encadenadas. Los tres espejos de agua son un valioso tesoro de la naturaleza, irrumpen en la llanura y sorprenden a los visitantes por su gran riqueza animal y su exuberancia vegetal.
Es que en sus ambientes conviven más de doscientas especies de aves, veinte de peces e innumerables especies de plantas herbáceas, lo que hace que se destaquen las postales que ofrecen sus atardeceres.
Los tres lagos cuentan con una adecuada infraestructura para el visitante: hoteles, cabañas, hosterías, restaurantes, parrillas, además de los servicios necesarios para la práctica de la pesca y los deportes náuticos.
Laguna Del Venado
Ubicada entre los partidos de Guaminí y Adolfo Alsina, es la cuarta laguna del sistema Encadenadas del Oeste. Es ideal para pesca de costa, gracias a sus extensos playones, en algunos tramos con gambarrusa y cola de zorro. Se caracteriza por ofrecer buena pesca de pejerreyes, pero también bagres y dientudos.
Sus costas son de propiedad fiscal y privada, por lo cual se cobra entrada en los predios privados. El resto es libre y gratuito. Si bien carece de servicios, está a 25 kilómetros Carhué, aunque vale la pena ir preparado para instalarse y no perder de vista la caña.
Laguna Epecuén
Es la sexta y última de las lagunas del mencionado sistema, así como la más extensa en superficie. Como se mencionó anteriormente, por su alta concentración salina, sus aguas se aprovechan para combatir depresión, afecciones reumáticas y de piel y agotamiento psicofísico. La ciudad de Carhué se encuentra a orillas de este espejo de agua.
El entorno invita a realizar caminatas y ciclo turismo, actividades cada vez más populares entre los visitantes quienes buscan descubrir lo mejor del paisaje. Desde sus orillas se pueden apreciar las ruinas de la Ex Villa Epecuén. (ver más arriba)
Laguna Las Encadenadas
Pese a su nombre, no forma parte del sistema de lagunas interconectadas. Ubicada entre los partidos de Tornquist y Pigüé, está sola en medio de la pampa. Las únicas presencias humanas están en Colonia San Martín y Dufaur, dos pueblos que se facultan como prólogos para conocerlos y aclimatarse a una realidad de pureza y lentidud.
La laguna Las Encadenadas tiene una forma sinuosa alrededor de la cual hay vegetación y humedales que son hábitat de especies nativas. Un valle onduloso contiene al espejo de agua donde habita el silencio, en la costa hay tres clubes que ofrecen servicios de alquiler de embarcaciones, cabañas y espacio para acampar.
Visitantes de todas partes del país se acercan a pasar unos días en el completo silencio, sintiendo que el sol y las estrellas bajan un poco más cerca de la tierra que en otros lugares.