De la maravillosa experiencia del viaje a la Antártida que realizara el artista Albero Morales, dio como resultado esta muestra que presenta a partir del 4 de marzo y hasta el miércoles 25.
Al cumplirse los 100 años de presencia Argentina en la Antártica, la Dirección Nacional del Antártico invito a Alberto Morales a participar del Proyecto Cultural Antártico Argentino”, dentro del “Programa Multidisciplinario de Difusión y Cultura Antártica” en la Campaña Antártica de Verano 2005. La Dirección Nacional del Antártico organizó un viaje que consistió en pasar 40 días trabajando en el Continente Blanco.
Descripción del proyecto
La misión de Morales fue pintar la Antártida, recoger imágenes y sensaciones de este territorio tan extremo en todo, entrar en contacto directo con su naturaleza y la gente que allí trabaja para plasmar la visión poética del continente. En este tiempo trabajó en pequeños bocetos, pinturas y fotografías. De regreso a su taller construyó una obra que describe la experiencia vivida pintando el aislamiento del continente y de la gente que allí vive, el blanco sobre el blanco, piedra y hielo, la luz, el día de 20 horas en verano, la atmósfera y el frío.
Después de su viaje a la Antártida en 2005, recorrió un largo camino desde las primeras obras realizadas en el Continente Blanco, hasta hoy. Al recibir la invitación de la Dirección Nacional del Antártico aceptó el desafío.
Solamente se propuso vivir la experiencia sin preconceptos. Cuando regresó descubrió que existía lo que quería pintar.
“Los inmensos horizontes donde se pierde la noción y se confunde el arriba del abajo. Pintando el aislamiento, el blanco sobre el blanco, la atmósfera, la luz, su larga noche en invierno y el largo día en verano. El silencio visual pero cargado de energía y potencia. Es un lugar donde el hombre entiende de su propia debilidad, siente la fragilidad de su ser ante la naturaleza. Un lugar donde me despojo todo lo posible de lo superficial, para volver al comienzo, llegar a la esencia, al origen. La experiencia en el espacio Antártico, un territorio en estado puro, salvaje y extremo en todo, donde el final está siempre presente. Durante mi viaje, pude recorrer más allá de la base, más allá del límite, donde la omnipotencia se reduce a la mínima expresión. En la aparente NADA, uno es el rastro y la propia huella”.
Espacio antártico y resistencia visual
La ambición sin contemplaciones que despliega el tardo capitalismo industrial y financiero destruye los recursos naturales por sobreexplotación, instalando el calentamiento global sobre todo el planeta. Ante las evidencias de esta destrucción no hay manera de comprender. El mundo es un lugar peligroso. No por causa de los que hacen el mal, sino por aquellos que no hacen nada por evitarlo, escribió Albert Einstein. El derretimiento de los hielos antárticos visto desde Google Earth es una imagen sobrecogedora, que plantea graves interrogantes sobre lo irreparable de su partición. Poco y nada se hizo para conservar aquello y quizás, siguiendo el modelo económico dominante, próximas inversiones lo reconstruyan dentro de un gran hotel de lujo: serian glaciares cinco estrellas – all inclusive – que invitaran a recordar aquel modelo de naturaleza salvaje e intacta que no supimos preservar.
Trabajando desde el barrio Abasto de Buenos Aires, Alberto Morales realiza una obra visual que comporta un lenguaje natural de resistencia. Mientras las noticias de la destrucción se acumulan día a día en los medios, él crea una imagen que estimula a pensar y mantener, el deseo de revertir lo ocurrido.
Alberto Morales es un artista contemporáneo que se vale del lenguaje de la pintura, la fotografía y el grabado para expresar su tiempo histórico. Los elementos que emplea son utilizados, por oposición a lo que muere, para crear y fortalecer. Mientras otras manos generan destrucción, Morales propone con las suyas nuevas formas visuales que destacan la plenitud austral a través de la sensibilidad y el pensamiento.
Su conocimiento del espacio antártico le permitió apropiarse de la línea de horizonte continua que envuelve al continente. Sus obras cambian de color buscando que la luz sea dictada desde el inconsciente de la vivencia austral. Esta actitud panteísta motiva encuentros de paz y devoción entre su imaginación y la naturaleza. La imagen opera sobre la mirada del contemplador como un despertador de conciencias ante la destrucción continua y evitable. Todo gotea, todo se derrite comenta en cada encuentro social sobre el tema. Después de compartir cuarenta días las alternativas cotidianas y científicas en las Bases Esperanza y Jubany de la Antártida Argentina, Alberto Morales quedó fuertemente identificado con la belleza del entorno y los quiebres de su modificación.
Julio Sapollnik
El autor de este comentario es Licenciado en Historia del Arte, Master en Cultura Argentina, Becado por Fulbright Comission en el Museum of Modern Art, New York. Jurado en importantes premios. Fue Director del Palais de Glace y Curador de Exposiciones Especiales de la Biblioteca Nacional. Ex crítico de arte en el diario Clarín y Página 12 y en el periódico “Arte al Día” de Buenos Aires. Colabora con la revista “Arte al Límite” de Chile, las publicaciones de Ediciones Institucionales y la feria Expo-artistas. Conduce junto a Patricia Altmark el programa “Cultura al Día” en Canal Metro y Radio Cultura FM 97.9 y “Kol Hebraica” junto a Gerardo Mazur y Rudy por Radio Jai FM 96.3
Para conocer más sobre la obra de Alberto morales ver www.albertomorales.com.ar – http://www.estudioalbertomorales.blogspot.com/ – http://www.facebook.com/estudioalbertomorales