Es uno de los tantos nombres con el que se conoce al churruinche (Pyrocephalus rubinus), un ave para la cual pasar desapercibido no es un rasgo característico. El vientre rojo intenso (presente en los machos) hace que contraste frente a los colores típicos de sus hábitats.
Se distribuye desde América del Norte hasta el norte de la provincia de Río Negro. Su nombre se debe a la onomatopeya de su canto.
Se encuentra en áreas abiertas y matorrales incluyendo bosques abiertos, y especialmente zonas de pastizales. Con frecuencia se lo puede avistar en los postes de alambrados a lo largo de los bordes de rutas y caminos, ya que se alimenta de insectos y usa estos sitios como miradores. Su vuelo y captura de insectos en el aire es muy característico.
Es confiado y suele ser muy territorial con otras aves, e incluso más con individuos de su misma especie. Posee un marcado dimorfismo sexual, ya que el macho posee un llamativo plumaje rojo en su pecho, garganta, vientre y cabeza, con dorso, cola y antifaz negros, mientras que la hembra es gris. La hembra es pacífica y tranquila y se mantiene más oculta que el macho.
Un dato curioso es que durante el cortejo, el macho suele ofrecer un insecto a la hembra para ser elegido.
Construye un nido simple en forma de tacita con fibras vegetales, ramas y plumas. Deposita tres huevos de color crema con pintas grises y rojizas. La incubación dura unos 14 días, y también es la hembra la encargada de esa tarea. Una vez nacidos los pichones son alimentados por ambos padres y abandonan el nido a los 16 días.
Ficha técnica:
Nombre científico: Pyrocephalus rubinus
Tamaño: 13 cm
Características: Marcado dimorfismo sexual. Se alimenta de insectos observándolos desde un punto fijo y capturándolos en vuelo. Ocupa diferentes ambientes. Confiado y territorial.
Estado de conservación: La especie se encuentra considerada como de preocupación menor (LC) por la lista roja de la IUCN y por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable y Aves Argentinas – 2017