La Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (Cites) pronunció este domingo un importante documento hacia la prohibición de vender elefantes salvajes a zoológicos. En efecto, se trata de una victoria histórica saludada por los ecologistas. Una amplia mayoría de países que participa en la conferencia de la ONU, que se celebra en Ginebra desde el sábado, votó por limitar estrictamente las ventas de elefantes salvajes africanos a las destinadas a mantener a los animales en su medio ambiente natural.
La propuesta fue aprobada durante la primera votación en la comisión, 46 votos a favor, 18 en contra y 19 abstenciones. Deberá ser aprobada en sesión plenaria el próximo día 28, durante la reunión de cierre de la conferencia. Según el texto, queda prohibida la captura para estructuras de mantenimiento en cautiverio, como zoológicos o parques de entretenimientos, una práctica considerada “cruel” por los defensores de la causa animal.
“Esta decisión va a salvar a un número importante de elefantes arrancados de sus familias en la naturaleza y obligados a pasar sus vidas encerrados en zoológicos en condiciones mediocres”, comentó Iris Ho, del grupo de protección animal Humane Society International (HSI) en Washington, citada en un comunicado.
La venta de elefantes de África occidental, central y oriental, que figuran desde hace tiempo entre las especies protegidas, ya estaba prohibida, a diferencia de los de África austral, menos amenazados. Zimbabue capturó y vendió más de 100 bebés elefantes a zoológicos chinos desde 2012, según HSI.
“Esta decisión preliminar afirma enérgicamente que los elefantes no pertenecen a la industria del entretenimiento”, valoró en otro comunicado Cassandra Koenen, responsable de fauna salvaje en la Sociedad Mundial de Protección Animal (Wspa). “Es un paso considerable en la buena dirección”, agregó.
Luis Suárez, responsable de especies de WWF, explica que se trata de “limitar al máximo cualquier uso comercial de los animales”. Otra cuestión sería si se necesita algún animal para cría en cautividad, incluso en los centros zoológicos donde ya existen y en los que acaban padeciendo problemas importantes de endogamia. Se trataría de ejemplares de zonas donde las poblaciones crecen como ocurre en Botsuana, Namibia o Zimbawe. “Para nosotros sacar a un elefante de su espacio natural solo tendría sentido con un fin que contribuya a la conservación de la especie”, concreta.