Un informe de la Licenciada Alba M. Soria (*)
Educación
El 0,9% de la población de los estudiantes del país es aborigen. La tasa de analfabetismo para los niños indígenas mayores de 10 años es tres veces y media mayor que la nacional que se ubica en 2.6%, según Encuesta Complementaria de Pueblos Indígenas (ECPI) perteneciente al INDEC, finalizada a fines de 2005.
Los niños de las comunidades Mbya -Guarani en Misiones, Wichi de Chaco, Formosa y Salta, tienen la tasa de analfabetismo más alto, en el primero 29,4% y 24,8% en el segundo. Los maestros de la Educación Primaria enseñan en algunos casos la lengua nativa. Así también es destacable mencionar que el acceso a centros educativos también es un inconveniente difícil, ya que en la mayoría de los casos están lejanos a los establecimientos educativos y sin posibilidad de movilidad para concurrir a los mismos.
Trabajo infantil
La problemática del trabajo infantil requiere un análisis desde la perspectiva intercultural. En Argentina, la dimensión del trabajo rural infantil afecta al sector de menores indígenas, cuyas tareas se desempeñan en trabajos rurales o de servicio doméstico y por cierto fuera de todo ámbito y amparo legal. Por ello se produce la deserción escolar.
Alimentación
La desnutrición de las comunidades también se da, porque los centros de acopio de alimentos se encuentran en las zonas urbanas alejadas de su hábitat natural y la pobreza tampoco les permite una alimentación adecuada para el normal desarrollo físico y mental.
Vivienda
También en este ámbito es imprescindible una política de construcción digna, ya que hay gravísimas falencias en esto, en algunos casos y casi la mayoría de las comunidades indígenas viven en construcciones precarias, en barro y que por el empleo de ese material, son infectadas por la proliferación en demasía de los insectos como vinchucas y toda clase de alimañas. También existe otra grave problemática que es la falta de agua potable para sus necesidades básicas.
Salud
La discriminación es la barrera que más dificulta para acceder a los servicios sanitarios. De cada diez indígenas, 4 se quejan y sienten que en los hospitales y centros de salud, son postergados y discriminados por su raza y eso les produce desconfianza hacia los médicos y enfermeros que los atienden. Las enfermedades más comunes de los aborígenes son: Tuberculosis, Mal de Chagas (a través de la picadura de vinchucas) y Desnutrición, causando la muerte en muchísimos casos.
Legislación
Derecho internacional: El reconocimiento de los Derechos de los Pueblos Originarios aumentó en los últimos años. En 2007 en la Asamblea General de la ONU se aprobó la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Originarios , documento que ratifica para estas poblaciones los principios reconocidos por la Declaración de Derechos Humano ,dicho documento demoró más de 10 años en su confección en la cual participaron destacados representantes de las comunidades en su elaboración.
Pueblos indígenas
En la Argentina existen más de 30 poblaciones indígenas, de acuerdo a la Encuesta Complementaria de Pueblos Indígenas. El censo 2001 arrojó una población de 2,8% del total de la población general con un total de 600.329 personas aborígenes.
Las Comunidades indígenas a saber son: Mocoví, Guaran, Pilaga, Toba, Wichi, Chorote, Chulupi, Atacama, Ocloya, Chane, Kolla, Huarpe, Rankuelche, Selk Nam (Ona), Diaguita -Calchaqui, Tomocote, Vilela, Mapuche, Tehuelche, Mbya guaraní, Omahuaca , Tillan, Tapiele, Lule, Aimara, Comechingon, Charrúa, Sanaviron, Querandí y Pampa.
Condiciones de vida
En cuanto a las condiciones de vida de la población indígena es importante destacar que un cuarto de los hogares 23,5%, se encuentran con las necesidades básicas insatisfechas (NBI). Las provincias que muestran mayores índices de NBI en los hogares aborígenes son: Formosa 74.9%., Chaco 66.5% y Salta57, 4%. Respecto de su localización el 16,5 % de la población indígena se encuentra en zona rural. El resto de las familias es de un 9,3% y para el total del país es un 9,7%. Las poblaciones aborígenes se encuentran diseminadas en casi todo el país, menos en Córdoba.
Violencia
Desde la colonización y durante todos los años siguientes las Comunidades fueron y son víctimas de brutal violencia. Actualmente grupos de choque de origen político que responden al poder gubernamental atacaron a varios miembros de la comunidad Qom, los cuales debieron ser internados en emergencia y en grave estado en el Hospital de Formosa.
Medios de comunicación y el poder
El rol de informar de los medio, en estos casos de brutalidad y violencia hacia las comunidades de los pueblos originarios, ha sido poco consiente en la difusión del tema y en algunos casos silenciando la opinión, por responder al poder gubernamental o en otros disimulando la gravedad de los mismos. Es bien sabido que las comunidades de las provincias del Chaco y Formosa son las más sufridas, por ello es más que importante que se difunda verazmente, estos atropellos, injusticias y atrocidades que ocurren a gente que no comete ningún delito, que viven defendiendo el medio ambiente y la vida, como la contaminación o su derecho a la tierra por ser sus legítimos dueños. Y que solo reciben de las autoridades abandono, desidia, desinterés y despojos de sus bienes y derechos. Esta violencia física a que se les somete es más que difícil de comprender. Pero lamentablemente estamos en una democracia totalitaria, corrupta y tiránica. A través de quien gobierna actualmente tanto a nivel nacional como provincial. Porque no escucha a estas minorías en sus justos reclamos. Esta responsabilidad recae tanto en el oficialismo como en la oposición así como en el empresariado y en algunas organizaciones o sectores del quehacer nacional que no se involucran.
Desde el punto de vista humano y de la no- violencia es necesario e imprescindible que se alcen voces denunciantes de estos aberrantes hechos, para ser escuchadas por quienes ostentan poder, en diferentes lugares.
(*) Alba Marina Soria Lannes
Presidente Internacional para Latinoamérica de UDDA, Unidad de Defensa de los Derechos de los Aborígenes.
Nació en 1950 en Santiago del Estero, República Argentina y vive actualmente en Mendoza.
Es licenciada en Relaciones Públicas y Master en Marketing por la Universidad de Miami, Estados Unidos de Norteamérica.
Se desempeñó como gerente de relaciones públicas en Bodegas y Viñedos Raul Joffre e Hijas, de Tunuyán, Mendoza. Como gerente de Marketing en Global Company, Bogotá, Colombia.
Fue Agregada Cultural en la Embajada de Chile.
Es actualmente Presidente Internacional para Latinoamérica de la ONG UDDA, Unidad de Defensa de los Derechos Aborígenes.
Ha realizado cursos de Relaciones Publicas y Publicidad en la Universidad Finis Terra, de Santiago de Chile. Ciudadanía y Política Exterior en Universidad Católica de Colombia.
Ha participado como panelista y relatora en varios congresos en América y Europa.