En 1934 la Ciudad de Puan, en el Oeste de la provincia de Buenos Aires, por entonces un pueblo de pocos habitantes, como tantos surgidos en la amplitud de la llanura bonaerense, fue noticia nacional.
Sus orígenes eran retratados en forma de dibujos en la famosa revista “Billiken”, una publicación creada por Constacio C. Vigil en 1919. Billiken había nacido para interactuar con la escuela, aportando artículos y secciones temáticas fijas sobre temas que pudieran resultar de utilidad directa para los alumnos en sus trabajos escolares, pero sobre todo material gráfico, dibujos y unas «figuritas» que se volvieron clásicas, capaz por un lado de atraer e interesar a los niños, y por el otro de servir para las láminas y carpetas de estudio. En este sentido, tradicionalmente, la revista siguió siempre el calendario escolar, sobre todo el relacionado con la historia argentina, dedicando la tapa y los artículos principales, a los hechos y personajes históricos principales.

Pero lo hacía desde Buenos Aires pero con una visión federal, dedicando por igual sus páginas a todas las historias de los pueblos que conformaron la nación argentina. Tal como había sido pensado por los patriotas fundadores, mucho antes que los posteriores empleados de la potencias comerciantes del mundo transformaran a la Argentina en una millonaria suma de ciudadanos al servicio de la Capital Federal, como puerto de contrabando de los bienes que con su esfuerzo cosechaban.
Ese año de 1934, del cual se cumplen 80, Billiken publica la historieta “Una historia de audaces”, donde, a través del recurso del dibujo a “tinta china”, relata los orígenes de Puan. En el marco del 138º aniversario de la fundación de la ciudad, el Museo Municipal Ignacio Balvidares hizo bien en rescatarla y compartirla con los vecinos y nosotros aquí, con los lectores.
Estas narraciones en forma de historieta, tenían por objetivo reconstruir los principales sucesos y acontecimientos de la patria grande, utilizando este recurso didáctico que ayudaba a la comprensión, estimulaba la memoria y posibilitaba el acceso a la lectura crítica, en un entorno de aprendizaje más lúdico y divertido.