La presentación de la cantante Emma Shapplin en el Teatro Coliseo resultó una verdadera decepción. Cantó acompañada por música de orquesta y coros grabadas y en la mitad de la función, se cortó el sonido y se quedó sin ella.

En los primeros momentos, motivo de sus nervios por la situación, desafinó notoriamente. Luego se repuso y con mucho esfuerzo y vergüenza por el público trató de salvar la situación, eficazmente acompañada por un coro en vivo que había actuado en la primera parte.
Emma realizó una gira por Argentina, que incluyó esta actuación en el Coliseo, presentando su nuevo disco, “Dust of a Dandy”, donde incursiona en el heavy metal, en su idea de ir abandonando la lírica. Tres de los temas fueron interpretados esa noche por Emma, acompañada de una banda y coro, en vivo. Pero luego cuando comenzó a interpretar sus canciones más conocidas, lo hizo con música grabada que por un inesperado inconveniente, se interrumpió por un largo rato, se subsanó y nuevamente quedó en silencio, debiendo culminar su show “a capella”.
La información conocida a través de un espectador, no fue difundida por ningún medio. Solo se hizo mención a su actuación en Córdoba, donde el público se mostró muy disconforme por el acompañamiento orquestal grabado, generándose controversias sobre si hacía sincronía de labios (playbak), aunque no se repitieron los inconvenientes del Coliseo. Emma en ambos casos cantaba en vivo, aunque la orquestación fuera grabada.
Un antiguo empleado del Teatro Coliseo a la salida del espectáculo, consultado por los espectadores sobre cuál había sido el problema suscitado, se limitó a responder: “No se puede realizar una actuación de este tipo sin ensayar previamente”. Categórica definición sobre la improvisación de la cantante Emma Shaplin. Pese a todo, los espectadores del Coliseo, al finalizar el concierto, que como estaba previsto, duró un poco mas de una hora, subieron al escenario a fotografiarse con Emma Shapplin y pedirle autógrafos, lo que la cantante agradeció reiteradamente. No era para menos.