Las protestas, que se inspiran en la activista sueca Greta Thunberg, se han vuelto a extender por ciudades de medio mundo. Se han producido convocatorias en 150 países, siguiendo la consigna “No hay planeta B”.
Esta idea se repetía en decenas de idiomas en innumerables pancartas. Así en las principales ciudades como Barcelona, Milán, Valencia, Montreal y otras tantas, la protesta es global y sus lemas contra la inacción frente al cambio climático viajan de una parte a otra del mundo a través de las redes sociales.
La protesta climática trasciende a los jóvenes y vuelve a llenar las calles de todo el planeta. Centenares de miles de personas protestan contra la inacción frente al calentamiento global.
Sin dudas que los futuros gobernantes de nuestro planeta, los jóvenes de hoy en las calles, están preocupados por la situación que heredarán. Y se traduce en una mayor conciencia respecto a los «adultos» que hasta ahora llevan las «riendas» de este querida y contaminada nave Tierra.
Este movimiento estudiantil, que tiene poco más de un año de vida, ha nacido en Europa. Y es Europa la que quiere liderar la transformación hacia una economía sin los gases de efecto invernadero que calientan el planeta. Paralelamente a las protestas, en muchos países los partidos verdes han cobrado fuerza; y las formaciones clásicas —muchas de izquierdas, aunque también de derechas— han coloreado de verde sus discursos. La nueva Comisión Europea, por ejemplo, ha colocado la lucha contra el cambio climático como prioridad y promete que el 25% de su presupuesto irá dirigido a las políticas contra el calentamiento y de transición.
Esta nueva protesta global se ha cerrado con una gran marcha en Montreal (Canadá), a la que asistió la joven activista Thunberg. Culminan así siete días de movilizaciones, lideradas por diversas plataformas juveniles, contra la falta de acción frente al cambio climático. Las protestas arrancaron el pasado día 20 con una gran manifestación en Nueva York. Esta semana de movilizaciones ha transcurrido paralela a la cumbre contra el calentamiento que se celebro el lunes también en aquella ciudad.
Pese a las pretensiones del secretario general de la ONU, António Guterres, los compromisos que salieron de esa cita son insuficientes, porque entre los 70 países que se han comprometido a revisar al alza sus planes de recorte de emisiones no estaban tres de los cuatro grandes contaminantes: China, EE UU e India. Y sin ellos no es posible afrontar este reto, como se apunta desde la ciencia.
La ciencia es el otro actor clave en este momento de pérdida liderazgo en la batalla climática. Las alertas se agolpan y esta misma semana el IPCC, el panel de expertos que asesora a la ONU, ha difundido un informe específico sobre el cambio climático y océanos que concluye que el deshielo está acelerando la subida del nivel del mar, que es ya irreversible.