Naufragó hace 94 años en San Pedro
El 24 de octubre de 1926, a las nueve y media de la noche, dos buques que navegaban el río Paraná en direcciones opuestas chocaron violentamente frente a las costas de la ciudad de San Pedro. Se desconocen los motivos de aquel accidente.
A pocos días de cumplirse un nuevo aniversario de ese suceso, tres pescadores encontraron un palo del buque motor argentino que se hundió aquel día, el Museo de San Pedro identificó lo que sería el mástil del buque motor que se hundió tras chocar contra un buque vapor belga que provenía desde Santa Fe.
Miembros del Museo de San Pedro actuaron con celeridad con los pescadores, lo cual fue fundamental para poner en resguardo esta antigua pieza. “Creemos que lo que los tres pescadores recuperaron del río es un mástil o percha de carga de aquel buque motor que se hundió en ese preciso lugar en 1926. Es un tramo de un palo de unos 5 a 6 metros de largo, de 23 centímetros de diámetro, de madera trabajada en forma octogonal”, contó el director José Luis Aguilar.
En los últimos años, el Museo de San Pedro ha detectado y puesto en valor diferentes naufragios ocurridos en la zona. El “Republicano”, el “Carmen Ligera” y el “Elgar”, son tres buques que de diferentes formas habían sido ubicados para conocimiento de toda la sociedad. Faltaba ubicar restos del “Blanca Rosita”.
Este reciente hallazgo fue realizado por los pescadores Hernán Machado, Enrique Boari y Jorge Pardo, quienes dieron aviso de forma inmediata al Museo de San Pedro. Al día siguiente, José Luis Aguilar y Javier Saucedo llegaron hasta el lugar -ubicado al kilómetro 263 del río Paraná- para tomar conocimiento de lo sucedido.
“Justo en este lugar, hace ya casi 94 años, chocaron el Blanca Rosita y un buque belga llamado Patagonier, el cual venía bajando por el Paraná desde Santa Fe”, indicó Aguilar. Y agregó: “El Blanca Rosita venía desde la Boca e iba a la ciudad paraguaya de Concepción”.
Se desconoce el motivo del choque entre ambos buques, pero como consecuencia del mismo el buque argentino, que era el de menor porte, sufrió grandes averías y en cuestión de minutos desapareció bajo las aguas del Paraná.
“La tripulación del buque logró abandonar el Blanca Rosita, pero en ese accidente murió el maquinista que se llamaba Pablo Rotfold, quien desapareció bajo las aguas junto con el buque”, contó Aguilar.
“Pudimos conocer varios detalles de cómo fue aquel accidente, porque el historiador Fernando Chiodini, quien colabora con el Museo de San Pedro, ubicó esta información en un periódico local de aquella época llamado El independiente”, detalló el director del Museo.
Se sabe que el Patagonier transportaba maderas y extracto de quebracho, en tanto que el Blanca Rosita llevaba 100 toneladas de sal. El primero navegaba bajo órdenes del capitán De Herdt y el práctico Damián Gades. El segundo, bajo el mando del capitán Guillermo Zuviría y el práctico Policarpo Velásquez.
Respecto a este nuevo hallazgo, Aguilar comentó que “es un objeto que cuenta una historia de dolor como tantas ocurridas en la vida diaria del río, donde los hombres se arriesgan en cumplimiento de sus tareas. Hasta hoy no había nada de este barco. Ni un solo elemento. Por lo que este palo pasa a ser una parte importante del patrimonio histórico de la zona”.
A partir de la observación de este palo, Aguilar comentó que “posiblemente, fue fabricado con un tronco de un pino o similar, ya que se pueden observar los puntos de donde partían las ramas. Además, aún conserva una abrazadera de hierro”.
“Nosotros le entregamos este mástil a Prefectura local, si bien nos gustaría que pudiera quedar en el Museo, porque en los últimos años hemos detectado y difundido diferentes naufragios históricos que han acontecido en la zona. Nos faltaba conocer algo más de este último cuarto naufragio, el cual cuenta una parte de la historia náutica de la zona”, expresó Aguilar.
Fuente: Licenciado Emanuel Pujol – Agencia de divulgación científica CTyS-UNLaM – Universidad Nacional de La Matanza.