A medida que pasan las semanas el entusiasmo de los productores argentinos con el cultivo de trigo viene creciendo de manera incesante.
Un mes atrás, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires proyectó que en el área sembrada de trigo crecería un 5 por ciento respecto del ciclo anterior, para alcanzar 6,2 millones de hectáreas y generar al menos una cosecha de 18,1 millones de toneladas.
Este miércoles, la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), con nuevos datos sobre la mesa, estimó una siembra de trigo de 6,92 millones de hectáreas con una producción proyectada de 21 millones de toneladas en el país.
“Perfiles cargados, buenos márgenes proyectados y la necesidad de mantener gramíneas en las rotaciones en el centro y norte del país tras el impacto de la chicharrita, anima las intenciones trigueras y una siembra que puede ser un nuevo récord argentino”, señaló la BCR.
“Con el nivel de tecnología que se aplicaría este año y si el clima no juega en contra del cultivo, la cosecha podría superar los 21 millones de toneladas. De materializarse, se constituiría en la segunda cosecha más importante para la historia del cereal”, añadió la entidad.
El volumen estimado considera eventuales pérdidas de área en torno a 200.000 hectáreas y un rinde promedio nacional de 31,5 qq/ha.
“Es muy importante destacar que se está observando una gran apuesta en fertilización este año, acorde al nivel de ventas de nitrogenados mayormente dirigidos a trigo”, remarcó el informe.
Las lluvias abundantes que entorpecieron la cosecha gruesa durante marzo y abril pasado dejaron acumulados muy importantes, tanto en el este como en el oeste de la zona agrícola argentina. Por lo tanto, el trigo parte con perfiles bien cargados en general.
Además, como se espera un año con mayores niveles de humedad relativa, los impactos de las heladas tardías deberían ser más moderados.
Por otra parte, los márgenes trigueros que a principios de año mostraban malos números, mejoraron significativamente en los últimos meses a causa de una recomposición de los precios internacionales del cereal según especifica un artículo publicado en ‘Bichos de campo’.
“También la urea ha bajado de precio y la relación urea/trigo está en niveles similares al del ciclo 2021/22, de rindes récord y una fertilización inédita en Argentina. Se está consiguiendo financiación adecuada para el cultivo. También hay una necesidad muy importante para hacerse de fondos antes de fin de año, tras las tres ‘Niñas’ y el impacto que ha tenido la chicharrita (Spiroplasma) en la cosecha maicera, sobre todo en el centro y norte del país. Pero también la chicharrita empuja la siembra del cereal, ya que el trigo resulta ser la manera más segura de mantener las gramíneas en las rotaciones”, aseguró la BCR.
Entre las amenazas para el cultivo, el informe menciona el valor de los alquileres que repercute en el costo de oportunidad de la tierra productiva y la posibilidad de una restricción de lluvias en el segundo semestre ante la consolidación de una nueva fase de “La Niña”.