Se presentó en Buenos Aires, la primera muestra en Sudamérica del escultor Ron Mueck. Concebida por la Fondation Cartier pour l’art contemporain, con la curaduría de su director, Hervé Chandès y de su curadora asociada Grazia Quaroni, la muestra continúa su itinerancia hacia el Museu de Arte Moderna do Río de Janeiro desde marzo hasta junio de 2014.
Ron Mueck se inscribe en la tradición escultórica donde es representada la figura humana; aunque los temas, materiales y técnicas que utiliza lo convierten en un autor original, innovador y contemporáneo. Sus esculturas cautivan por el cambio de escala en las dimensiones y el realismo de los personajes, cuyos gestos expresan sutilmente situaciones llenas de vida y misterio.
Una madre con su hijo, parejas jóvenes o adultas que oscilan entre la tensión y la calma, un hombre desnudo en un barco a la deriva son algunas de las imágenes que forman parte de la exposición. Obras que encierran una interioridad vital y profunda y a la vez expresan la obsesión del artista por la verdad y la perfección de su técnica.
Mueck utiliza materiales como resina, fibra de vidrio, silicona y pinturas acrílicas para reproducir fielmente todos los detalles de la anatomía humana y construir esculturas que tematizan la vida y la muerte. Sus obras evocan un tipo de realismo que es, al mismo tiempo, íntimo y monumental.
En diferentes escalas, el artista amplía o reduce extraordinariamente el tamaño de los cuerpos para crear situaciones que conmueven al espectador.
“Sus esculturales viñetas provienen de escenarios que no tiene principio ni fin, son escenarios intermedios e inciertos que no existen por fuera de sus encarnaciones singulares como objetos que están solos”, escribió Robert Storr para el catálogo de la exhibición.
La exhibición, concebida por la Fondation Cartier pour l’art contemporain, con el apoyo de la Embajada de Francia en Argentina, contó con el auspicio de Tenaris – Organización Techint en Argentina y Brasil.
Biografía
Ron Mueck nació en Melbourne, Australia, en 1958.
Hijo de jugueteros, desde pequeño, entre títeres y disfraces, convivió con técnicas asociadas a dar vida objetos inertes. Sin ninguna clase de formación artística formal, desde niño dedica su tiempo al modelado de figuras, vocación que luego desarrolla dentro la industria del cine, la televisión y la publicidad, como realizador de efectos especiales y creador de personajes.
Trabajó en programas de televisión durante años antes de entrar en efectos especiales para cine, como es sabido trabajó en los personajes de Laberinto (1986), un film de culto épico-fantástico protagonizado por David Bowie.
A partir del año 1996, colaborando con su suegra, Paula Rego, produciendo pequeñas figuras como parte de una escena que ella estaba mostrando en la Galería Hayward, comienza a abandonar progresivamente la producción de maquetas y modelos para cine y televisión.
La transición de artesano a la de artista se completa cuando es descubierto por Charles Saatchi, quien comienza a coleccionar sus obras y lo consagra como valor en alza. Saatchi elige Dead Dad , una escultura hiperrealista de pequeña escala del padre de Mueck muerto y desnudo, en la exhibición Sensation en el Royal Academy en 1997.

Esa exposición incluyó también a otros “nuevos” artistas británicos como Damien Hirst y los hermanos Jake y Dinos Chapman, que llevan su quehacer a extremos definitivamente estremecedores.
Luego, en 2001, Mueck obtiene gran aceptación internacional y se destaca desde ese momento como uno de los artistas más originales del arte contemporáneo con Boy, un enorme niño agazapado de cinco metros de altura que se exhibió en el Milenium Dome y en la 49 ª Bienal de Venecia.
Ron Mueck no brinda entrevistas, incluso en el período previo a una nueva exhibición.
Hoy vive y trabaja en Londres.