Rosibel
A veces en la vida
reencuentro inesperado
la llamé por su apodo de la infancia
y convoqué reminiscencias viejas.
Generosa mi prima artista plástica
me regaló su acuarela con magnolias
un manojo de capullos apretados
abriéndose a la luz, a sus designios
le dieron a mi living nueva vida.
Miro esas flores desde entonces
mientras desayuno
intento escuchar qué es lo que dicen
están luchando por vivir…a su manera
resisten orgullosas el frío…la tempestad
tienen pasado del que se han nutrido
heridas que dejó la última helada
con fe de náufrago
la rama vigorosa
las sostiene invisible
verdes amigas les prodigan abrazos.
Me miro encriptada
en ese espejo blanco y lila
sé que alguien descifrará mis pétalos.
Magdalena Pascual