“Hace falta que algo cambie para que todo siga igual”. Giuseppe Tomasi di Lampedusa (El gatopardo).
Por Ignacio Bustos
Lionel Scaloni aprovechó la gran oportunidad de su vida, gracias a que no se apuró en irse de la selección, tras la eliminación en el mundial de Rusia. Claudio Tapia con el pretexto de no apurar la búsqueda del nuevo técnico, le dio la oportunidad de hacerse cargo; primero del seleccionado Sub 20, el cual fue gran su pasaporte donde no dejo pasar su gran oportunidad junto a Pablo Aimar, donde obtuvieron el tradicional torneo Sub 20 L’ Acudía, derrotando a equipos de la talla de Uruguay y Rusia. Sabe que llegó de casualidad, y que el tren no pasa siempre.
Ni lento ni perezoso, Lionel Scaloni entendió que la Selección Argentina necesita una oxigenación generacional, tras el «grotesco» de Rusia 2018. En la gira por Estados Unidos, se vio un prólogo de lo que Argentina está necesitando. En la victoria 3-0 ante Guatemala, y un buen primer tiempo del 0-0 ante Colombia, se vio un equipo con intenciones de ser solidario.
Fue la primera vez en años, que se vio un equipo libre de las ataduras de como acomodar al genio en la cancha. La hora del recambio generacional parece haber llegado de la mano de jugadores como: Icardi, Dybala, Lo Celso y Santiago Ascancibar (¿llamado a ser el heredero de Mascherano?).
El gesto de Romero no cayó nada bien, al anunciar que sus «amigos» no estaban retirados de la selección. La muy buena producción de Franco Armani en los amistosos, y su poca regularidad en el Manchester, lo ponen como un serio candidato a ocupar el banco en la próxima Copa América de Brasil.
El ex ayudante de Jorge Sampoli, Sebastian Beccacecce, no perdonó lo que calificó de oportunismo la actitud de Lionel Scaloni, quien afirmó: “A Scaloni lo lleva Sampaoli a Argentina, y cada uno actúa como lo siente», dejó en claro que no le pareció correcto que uno de sus compañeros de cuerpo técnico en la Copa del Mundo haya aceptado seguir trabajando con la Selección. «Trabajé 14 años con Sampaoli y en todos los clubes en los que estuve con él me propusieron continuar. Pero considero que cuando uno llega de la mano de alguien es importante poner un punto final».
Las chances de Scaloni, también dependen de cómo avanzan las negociaciones con Gerardo Martino. Por un lado, se dice que Martino estaría muy cerca de convertirse en el nuevo técnico de México. Aunque por otro lado, estaría tentado de una revancha con la selección; no quiere saber nada con repetir la traumática experiencia de la Copa América 2016, donde la AFA en plena anarquía, lo dejó solo. El rosarino está al frente en las preferencias, por su buena relación con el presidente Tapia y los que están a cargo de los juveniles y por su reciente paso al frente del seleccionado, donde tuvo una buena labor, jugando las dos finales de la Copa América, y bien posicionado en las eliminatorias.
Lionel Scaloni hace equilibrio en el mensaje y las formas: al finalizar el partido con Colombia, cuando un cronista le preguntó por una posible polémica con Dybala, no perdió la oportunidad para exhibir una postura distinta, cuando invitó al móvil en vivo a Dybala, para dejar bien en claro que «todos tienen que tirar para adelante».
No cayó del todo bien, en algunos sectores el gesto de guardarle la camiseta «10» a Lionel Messi, para convencerlo de que vuelva. Aunque Messi no haya aceptado volver para los amistosos de octubre contra Irak y Brasil.
Para Scaloni el partido con Brasil, es mucho más que un amistoso. Es la oportunidad de su vida. Porque si le gana a Brasil, y con el recambio en marcha junto alguna «carambola», puede quedarse definitivamente en el codiciado buzo de la selección argentina. Aunque no va a dudar en llamar a algunos experimentados referentes de la camada anterior.
¿Hace falta que algo cambie para que todo siga igual?
Ignacio Eduardo Bustos
Nació en la ciudad de Buenos Aires el 25 de junio de 1981.
Se dedica al rubro inmobiliario aunque su vocación es el periodismo. Desde hace años escribe para diversos medios on line, desde deportes hasta reseñas culturales de discos a cine y teatro.
Vive en San Isidro, en el corazón de la Zona Norte del Conurbano Bonaerense.