El sistema de salud presenta una paradoja difícil de explicar y de comprender. Mientras se intenta controlar el avance de la pandemia, los hospitales, guardias y consultorios están semivacíos, y muchísimos pacientes de las «otras» patologías, prefieren resguardarse por el riesgo de contagio.
Esta situación preocupante por los efectos que causará en el corto y mediano plazo, fue advertida por el senador de Juntos por el Cambio, Andrés De Leo, quien pidió a la Provincia, mediante un proyecto de declaración, que informe los datos acerca de la cantidad de muertes por enfermedades preexistentes o en potencial desarrollo, por patologías no relacionadas con la pandemia, debido al mal control de los factores de riesgo y a la demora en la realización de procedimientos no invasivos (estudios de imágenes) e invasivos (cateterismos diagnósticos y terapéuticos) que han demostrado reducir la morbimortalidad en diversos pacientes.
«El aislamiento social, preventivo y obligatorio que se decretó en la Argentina desde el 20 de marzo para frenar la propagación del coronavirus fue efectivo para combatir la pandemia. Sin embargo, más allá del malestar psicológico que genera el encierro, la cuarentena también tuvo otro efecto negativo en la salud: se incrementó la mortalidad de otras enfermedades», señaló De Leo.
«El sistema de salud exhibe una paradoja: mientras atraviesa su momento más crítico en la contención del coronavirus, sus hospitales y guardias lucen semi vacías. Los pacientes que deben atender otras patologías prefieren resguardarse y no asistir por el riesgo de contagio», agregó el vicepresidente cuarto del Senado bonaerense
Una cosa ‘y’ la otra
El Doctor Luis Caro, Director General del centro de Gastroenterología, Diagnóstico y Terapéutica (GEDyT), al respecto expresó: “no tiene que ser una cosa o la otra. Debe ser una cosa ‘y’ la otra. Como profesionales de salud comprendemos perfectamente el temor de los pacientes ante determinadas enfermedades, pero también somos los primeros que debemos transmitir tranquilidad e información en dicha circunstancia. En este momento tan especial, es fundamental el control de las patologías preexistentes y la prevención de enfermedades futuras”.
Las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte en el mundo. Se estima que cada año mueren 18 millones personas debido a estas, lo que respeta un 31,8 por ciento del total de decesos. La enfermedad cardiovascular (ECV) que abarca el infarto de miocardio, accidente cerebrovascular e insuficiencia cardíaca lidera el ranking de muertes.
Voz autorizada
José Luis Navarro Estrada, presidente de la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC) y jefe médico de cardiología del Hospital Italiano de Buenos Aires apuntó: “el objetivo de la medicina es reducir la mortalidad independientemente de quien la produzca. En todo el mundo disminuyó ´la llegada a tiempo´ de estos enfermos a los consultorios, para que reciban tratamiento cardiológico. Llegan tarde y en estado grave; con peor evolución que antes del coronavirus y con un aumento notable de la mortalidad. La cuarentena causó la cancelación de consultas y procedimientos médicos que pueden tener daños colaterales en pacientes con otras enfermedades preexistentes, o en aquellos susceptibles de desarrollarlas”.
Al respecto, De Leo indicó que “especialidades como la pediatría, ginecología, odontología, oftalmología, entre otras, se ven perjudicadas porque requieren un tratamiento y diagnóstico presencial, pero las personas están evitando ir a consultas médicas”.
«El examen periódico de salud o ‘chequeo de salud’ suele ser un motivo frecuente de consulta médica. Es trascendental entender la importancia de estos exámenes, que constituyen las bases de la medicina preventiva, la más económica de las medicinas”, finalizó diciendo De Leo.