Cuando el clima invita a planificar descansos al resguardo del frío y la lluvia, el turismo termal aparece como favorito indiscutido.
Las piscinas con agua tibia y propiedades curativas junto al enorme abanico de ofertas de descanso y recreación que se abre a su alrededor (spa, masajes, tratamientos terapéuticos) se vuelven una opción irresistible tanto para quienes buscan una escapada de fin de semana, como para quienes disfrutan de la adultez mayor.
En el sudoeste bonaerense la vedette indiscutida de este tipo de turismo son las Termas de Carhué, consideradas, además, el mayor centro termal de la Provincia. Sin embargo, existen en la zona otras opciones no tan promocionadas pero igual de generosas en calidad y servicios.
Una de ellas son las Termas de Pedro Luro, ubicadas en el partido de Villarino. Descubiertas hace más de 80 años en una derivación de la Cuenca del Colorado, fluyen desde 967 metros de profundidad ostentando más de 40 gramos de sal por litro de agua y una temperatura a boca de pozo de 74ºC.
Conocidas también como Termas de Ceferino Namuncurá, el ‘santito’ popular al que se le atribuyen intercesiones en curaciones, el gran contenido de sales que poseen les otorgan una importante acción terapéutica y un característico color naranja ladrillo.
A unos pocos kilómetros de Pedro Luro, en el Km. 737 de la Ruta Nacional 22, a solo 40 minutos de Bahía Balnca, se encuentran las Termas de Médanos. Sus aguas provienen de un lago formado por una península y una isla, que se pueden recorrer caminando por sus orillas o a través de puentes. También en un divertido paseo en kayak.
Este surgente termal se ubica sobre un total de 18 hectáreas forestadas, que le aportan una belleza única al paisaje. Sus aguas oscilan entre los 12ºC y los 50ºC de temperatura y cuentan con una peculiaridad para esta zona: Allí habitan cardúmenes de Tilapias del Nilo, un pez de especie tropical exitosamente adaptada gracias a la temperatura constante del agua.
El circuito termal del Sudoeste bonaerense se completa con las Termas Los Gauchos, ubicadas en la localidad de Villalonga, partido de Patagones.
Sus aguas terapéuticas fueron descubiertas en 1928 por casualidad, mientras se realizaban trabajos de perforación petrolífera. Desde entonces, miles de personas afectadas por distintas dolencias las visitan en busca de alivio y tranquilidad.
Hipertermales, clorobromoiduradas sódicas, sulfatadamagnésicas cálcicas, ferruginosas de mineralización hipermarina e hipertónica, estas termas son altamente recomendadas para el tratamiento de casos de reumatismo crónico y enfermedades de la piel.
El sur de la provincia de Buenos Aires posee muchos tesoros escondidos. Las aguas minerales rodeadas de naturaleza y paz es otro de ellos.