“Son ustedes mis invitados a compartir mi viaje hacia nuevas construcciones de sentido”, dice la artista plástica Mirta Narosky, licenciada y profesora en artes plásticas.
Interpelando lo ilusorio
Hasta el 3 de octubre de 2019 – Lunes a viernes de 10 a 19 horas – Honduras 5929 – Ciudad de Buenos Aires.
“En ésta exposición en Galería Palermo H a la que he titulado Interpelando lo ilusorio, coexisten dos de mis series en las que trabajo desde hace un tiempo: Fragmentaciones y Vórtices”.
“En la primera, fragmentos con perspectivas imposibles hacen alianza para construir nuevas realidades. Un constructivismo abstracto de geometrías un tanto blandas, se encastra dando lugar a figuras “naturalistas” unas veces y otras a espacios surreales. Imágenes reconocibles en la superficie parecen mostrar la naturaleza de nuestras multiplicidades internas….o también la constitución molecular en constante movimiento, común a todo, como plantea la física cuántica; para la cual el límite entre el sujeto y su contexto existe y no existe”.
“En Vórtices muestro el juego de opuestos: lo onírico y la vigilia, lo tangible y lo intangible, lo material y lo espiritual, lo finito y lo infinito….Ese “vórtex”, punto de inflexión entre “realidades”.
“Tal vez no sean tan dicotómicas como aparentan ambas series. Difieren en concepto, material, soporte, trazo….pero se encuentran, según creo, en mi concepción filosófica: mi mirada del mundo móvil, cambiante y dinámico, que evoluciona en ciertos campos e involuciona o queda arcaico en otros, con errores cíclicos, donde se ponen en tela de juicio muchos paradigmas….pero no son demasiado claros los nuevos. ¿Certezas?”.
“Las tres Gracias”- Diálogo en el tiempo
Hasta el 3 de octubre de 2019 – Lunes a viernes de 10 a 19 horas – Honduras 5929 – Ciudad de Buenos Aires.
“Este proyecto surge del encuentro y la confianza cultivado en el ámbito del taller. Ese espacio que nos reúne en torno al Arte y a un vínculo de enseñanza y afecto sostenido en el tiempo”.
¿Quiénes son estas mujeres y por qué son tres?
Mirta Narosky, maestra del taller y Erika Carabajal y María del Carmen González sus discípulas. Tres mujeres de distintas generaciones y contextos, y la memoria de más de 20 años compartidos. Aspecto distintivo éste, en un mundo que hoy se muestra con relaciones efímeras, y a menudo, mezquinas.
“La elección de esta obra se debe a que ésta simboliza la danza de dar, recibir y devolver. Goce, belleza y amor representados por figuras, formas y colores. Re-visitar esta obra nos dio la posibilidad de realizar un planteo plástico propio, partiendo de un modelo iconográfico conocido, resinificándola”.
“Esta propuesta es un punto en este camino de aprendizaje y de encuentro, donde el conocimiento fluye, circula y se comparte”.