El Club Olimpo, de Bahía Blanca, el protagonista principal de los torneos de la Liga del Sur (Bahía Blanca y Punta Alta), campeón de hasta 13 años seguidos (1975-1988) y que participó de los Torneos de la AFA de Primera División y Nacional B con escaso éxito, jugará el próximo Torneo Federal A, donde toman parte otros dos clubes de Bahía Blanca, Villa Mitre, curiosamente muy querido, entre los simpatizantes que lo conocen, de todas las ciudades de la Argentina, y Sansinena, un humilde club de la localidad de General Daniel Cerri, perteneciente a distrito de aquella ciudad, emblemático sitio donde supo funcionar el Frigorífico CAP Cuatreros una de las industrias de la carne más importantes del mundo, proveedor de decenas de millones de latas de carne enlatada durante la Segunda Guerra Mundial, criminalmente desguazada a favor de las políticas de dominación económica extranjeras amparadas por gobernantes, dirigentes y sindicalistas.
Olimpo ha anunciado la contratación como director técnico del equipo a Marcelo Lippi, que tuvo su último paso por Sarmiento de Junín y está intentando conformar un plantel de futbolistas con los escasos recursos que dispone tras las desafortunadas administraciones que tuvo desde que en 2001 logró el ascenso a Primera División. Costosas contrataciones despreciando jugadores de su ámbito de actuación natural, gastos desmedidos, incierto destino de los dineros que recibió en concepto de televisación, incumplimiento de los impuestos de orden laboral, seguros sociales, previsionales, de índole fiscal, lo llevaron a un estado de bancarrota agudizado tras el intento de saneamiento del último presidente, renunciado y sucedido por quien había sido su antecesor.
Así y todo, los dirigentes que en las últimas semanas se han hecho cargo de la administración mantienen la soberbia de verse protagonistas y aseguran el retorno al Nacional B. Para ello han resuelto la contratación de Lippi, de quien dijeron es de un prestigio muy superior al de los que dirigieron al equipo que descendió en la edición pasada.
Resultó oportuna una entrevista que le realizó el periodista iniciado en la editora de Sexta Sección y se ha convertido en una de las plumas más influyentes para la opinión del público del futbol, Sergio Peyseé, a través del sitio LaNueva.com, para conocer algunos aspectos de su capacidad para el cargo en relación a lo que necesita un equipo conformado con jugadores con independencia de la capacidad, de menores pretensiones económicas de contratación.
Lo primero que nos sorprendió es al decir que no aplica ninguna táctica ni estrategia. Y nos preguntamos ¿Cómo hace para dirigir? El fútbol ha dejado de ser un juego de improvisaciones, engaños y posiciones cambiantes dentro del terreno donde se disputa para ser mucho más estructurado por disposiciones tácticas de los mal llamados directores técnicos (no dirigen ni tienen técnica).
Estrategia es lógico que no tenga ninguna, la adoptará según el rival que enfrente o las condiciones en que se dispute el partido. Pero ¿no tener táctica? Eso es un desorden. Debe haberse confundido. Tal vez haya leído a Carlos Peucelle que decía que el fútbol es desorden organizado, un original juego de palabras para significar el desorden de aquella picardía necesaria en el fútbol para gambetear, engañar, sobre pasar al adversario en la disputa de la pelota y el cambio permanente de su ubicación para sorprenderlo, organizado según un plan de juego preestablecido (Táctica) como manera de poder acertar cada uno la posición del otro, en ese momento y en el que realizará.
Carlos Peucelle decía que la mejor táctica es 1 -10, uno al arco, 10 en el campo de juego. Por significar que entre ellos organicen la táctica, crítico como era de los que se llaman directores técnicos.
¿Cómo se podría conjugar las de 11 distintos, los que atacan, los que defienden, los que organizan, los que recuperan? Sin que los jugadores se ajusten a una táctica imposible.
Después me di cuenta que está confundido. Dijo que el equipo de Sarmiento dirigido por él y que lograra un ascenso de categoría, “era un equipo con dinámica, que entendía como jugar con el balón y qué hacer cuando lo perdía”. ¿?????? Pero así son todos los equipos! ¿Sin dinámica no hay acción, como podrían avanzar o retroceder? Si no entienden como jugar directamente no pueden…y cualquiera que juega al fútbol sabe qué hacer cuando pierde la pelota, recuperarla porque sin ella es imposible que pueda jugar.
Finalmente comprendí: Para él lo importante es que los dirija un psicólogo, considera que los jugadores se distraen y en lugar de pensar en la pelota, piensan en problemas extraños al juego. Tamaño error.
Cuando comienza el partido todo jugador solo pone su mente y cuerpo en el fútbol, deja de lado cualquier otra cosa, se transforma en futbolista…
Sabrá o habrá escuchado cuando dicen de un futbolista de conductas violentas…”No sabes que buen tipo es fuera de la cancha” Eso es porque solo está pensando en la pelota, en el juego, en ganar, en no perder ante la oposición de otro que intenta sacarle la pelota, meterle un gol, ganarle, impedir que gane. Ponlo en una situación similar en su vida diaria y veras que es igual de violento o tramposo o leal.
Una vez más en esto, está confundido, puede estar pensando en cuanto y cuando cobrará, si se destacará o fracasará, si hablarán de él, si lo querrán más o menos, entonces se preocupa y no se ocupa de jugar, pero siempre se trata de fútbol. Pues precisamente para eso hace falta alguien que los ordene, un orientador, de afuera antes del partido o mejor desde adentro, un jugador, no un psicólogo.
La conclusión que saco es que cree más en la motivación que en la táctica. Puede ser un buen director técnico, solo le falta comprender que ambas se complementan. La motivación es fundamental, la táctica imprescindible para un juego de equipo, donde solo se utiliza el menos hábil de los miembros del cuerpo humano, tratando de retener el elemento con el que se juega, la pelota, miembro torpe que además lo necesita para mantener la vertical, caminar o correr.
Por eso el reglamento prohíbe el uso de las manos de cualquier manera y encima con la oposición de un adversario que se la quiere sacar.
En una de esas me sorprende don Lippi y se convierte en el primer director técnico que plantea ante la AFA, directamente o a través de la Asociación que los nuclea, que imponga a los árbitros consideren sancionar la utilización de las manos o cualquier otra parte del cuerpo (tal como marca el reglamento) cualquiera sea su grado de fuerza, recorrido, oposición al desplazamiento aun sin tocarlo, porque cualquier cosa que le hagan a un jugador en posesión de la pelota que no sea con el pié, le impide libremente realizar el movimiento que su inventiva le indica…
Sí hasta esa que los deformadores de la opinión pública llaman “mancha”, si también, porque nadie puede determinar cuál es el grado de fuerza que afecta la vertical de cada uno.
Verá cuanto mejor se juega al fútbol, cuanto más vistoso será, como prevalecerá la técnica, eso sí siempre con una táctica.