Por el Licenciado Javier R. Gargiulo
Director de Developing Enterprises
Javier Gargiulo es Licenciado en Administración de Empresas (UADE), realizó el Posgrado de Formación en Docencia Universitaria (UADE), y se especializó como C.M.E. en Marketing (UADE). En 2011, tras 11 años de experiencia en la consultora GG& Asociados, fundó Developing Enterprises (www.developenterprises.com.ar). Siendo el Director, se dedica a asesorar a PyMEs y emprendedores en estrategia, marketing y procedimientos. Ha sido evaluador de proyectos de inversión aspirantes a obtener un ANR en el PROSAP y fue docente invitado de posgrado en FAUBA.
¿Por qué Argentina debe pagar a los Holdouts?
Comencemos este artículo por lo más básico: el Estado necesita dinero para poder cumplir con sus funciones. Todos los Estados obtienen ese dinero de dos maneras: la primera es a través de los impuestos que cobran y; la segunda es pidiendo plata prestada, esto es endeudándose. Esta deuda puede ser contraída con organismos internos del propio Estado, o bien puede contraer deuda con agentes externos. Siempre que un Estado se endeuda debe reflejar en sus libros dicha deuda, al tiempo que debe comprometerse a devolver el dinero que le han prestado; aquí aparece la figura del bono. Cuando un Estado ofrece un bono, obtiene dinero a cambio de este y se dice entonces que el Estado emite deuda.
El origen del problema con los holdouts
¿Se acuerda Usted del ex presidente Adolfo Rodriguez Saá?. Bueno, el 23 de diciembre de 2000, ante la Asamblea Legislativa a pleno, el entonces designado Presidente de la Nación dijo “el gobierno Argentino suspenderá el pago de la deuda externa argentina”. Y así Argentina entró en default. ¿Qué es el default?, nada más -y nada menos- que dejar de pagar la deuda que tenía el Estado Argentino, la cual estaba instrumentada en títulos llamados bonos. Es decir comenzó la cesación de pago de los bonos emitidos por Argentina, y que estaban en poder de los inversores que le habían prestado dinero a Argentina.
Ocurre que el Estado Argentino se financia, como cualquier otro Estado soberano, mediante la emisión de deuda (bonos). Tras el default esos bonos argentinos impagos perdieron mucho, o muchísimo, de su valor; al punto que en el mercado de capitales se los conoce como “bonos basura”, ya que las promesas de pagos futuros de intereses y devolución del capital se han roto.
El Estado Argentino en los años 2005, 2010 y, 2013, realizó un canje de deuda. Esto es, cambiar los bonos en default por nuevos bonos más atractivos para el inversor. Pero el canje fue optativo, y así hubo inversores que no aceptaron ese canje. Estos inversores que no aceptaron el canje se los denomina “holdout” (en inglés: quedar afuera).
¿Qué son los bonos?
Ahora si, en forma muy simplificada, podemos decir que un bono es un título de deuda que emite un Estado soberano para financiar sus actividades con el dinero que obtiene de un inversor. Los inversores le prestan dinero al Estado, y este préstamo queda instrumentado mediante un título llamado bono. El inversor espera una ganancia futura, que se llama interés, y este es determinado por la tasa de interés que tiene el bono –nótese que cuánto más alta la tasa, más atractivo será el bono para el inversor-. El interés del bono es la renta que devenga el título periódicamente.
Los bonos pagan esa ganancia futura prometida al inversor de dos maneras, la primera es mediante los intereses y; la segunda es que al finalizar la vida del bono, el emisor debe devolver al inversor el capital originalmente prestado. Así, al vencimiento del bono, el emisor ha pagado los intereses devengados y el capital.
Los fondos buitre
En finanzas se dice que en toda crisis siempre hay oportunidades. Pues bien, esto es lo que vieron los denominados fondos buitres. Estos aprovecharon los precios muy bajos de los bonos argentinos defaulteados y compraron todos los que pudieron. El plan de un fondo buitre es simple, comprar barato, hacer juicio al emisor del bono, ganar el juicio, y obligar a cumplir con el pago total de la deuda.
Creo que vale la pena aclarar que los llamados fondos buitres no son ni malos ni buenos por aprovechar una oportunidad que les ofrece el mercado de capitales. Solo son estudios de abogados cuyo core business es exactamente este: comprar deuda pública de instituciones o países que se consideran débiles, cercanos a la quiebra, o cuyas economías están en problemas; por 20% a 30% de su valor nominal. Luego litigan contra el emisor para obligarlo a pagar el 100% del valor de la deuda. Saben mucho de estos temas, además realizan un formidable trabajo, y son muy exitosos en ello. Prueba de lo dicho es que hoy el Estado Argentino se ve obligado a pagar los bonos en default al 100% de su valor. Pero no caigamos en la esquizofrenia de creer que Argentina es el único Estado víctima de los fondos buitre; en realidad el Estado Argentino es uno más de los Estados soberanos, como Polonia, Brasil, Perú, España, Panamá, Ecuador, Costa de Marfil, Congo, entre otros; que los ha enfrentado.
¿Por qué el Estado Argentino debe pagar a los holdouts?
Hay varios motivos por los cuales la única alternativa viable e inteligente es acordar la forma de pago a los fondos buitre. A mí entender las de mayor peso son las siguientes.
• Durante todo el tiempo en el que se desarrolló el juicio, los bonos en default continuaron devengando intereses, a la tasa prometida. Lo cual da como resultado que actualmente los holdouts puedan reclamar dólares 1.500 millones; y mientras no se les pague -los intereses y la deuda- seguirán creciendo.
• El Estado Argentino también resignó la soberanía jurídica sobre esos bonos sometiéndose a legislación extranjera, en este caso la justicia de New York, en donde se ha librado el famoso juicio cuyo resultado todos conocemos. Argentina perdió en primera instancia, perdió también la apelación en segunda instancia, y finalmente la Suprema Corte de Justica de los Estados Unidos decidió no atender el caso Argentino. Por lo tanto las sentencias de las instancias anteriores quedaron firmes, y ahora tenemos una dura sentencia que obliga al Estado Argentino a pagar en efectivo la totalidad del valor de los bonos adeudado a los holdouts. Hay que tener en cuenta que libremente el Estado Argentino decidió someterse a la justicia norteamericana al momento de emitir aquellos bonos, y de no hacerlo así lo más probable es que no hubieran podido colocarlos. Por otro lado no acatar la sentencia conduciría al Estado a un default técnico, total o parcial, que nos dejaría fuera del sistema financiero internacional.
• El levantamiento del “Stay” dictado por la Cámara de Apelaciones de Estados Unidos, posibilita que los fondos buitre embarguen activos del Estado Argentino en el extranjero, como medio de pago de la deuda. Lo primero que embargarán será el pago de intereses de deuda, por un monto de dólares 300 millones, destinado a los acreedores que entraron en el canje de deuda; y que debe realizarse en New York el 30 de Junio.
• La ausencia en el pliego de los bonos en default de la cláusula de acción colectiva, la que a grandes rasgos dice “se hará lo que una mayoría significativa decida”. Generalmente el 85% de los acreedores. La ausencia de esta cláusula permite que cada poseedor de un bono argentino en default decida libremente qué hacer respecto del deudor. Así el inversor puede elegir litigar para cobrar el 100% de lo adeudado, o bien puede elegir ingresar a la reestructuración de la deuda propuesta por el Estado Argentino.

La verdadera causa por la que se debe pagar a los acreedores
Ahora que sabemos qué es lo que hay que pagar y quienes son los acreedores; entonces cabe decir que el Estado Argentino debe pagar para evitar las consecuencias de volver a caer en default.
Si el Estado Argentino no negocia una forma de pago con los acreedores que eligieron litigar con El (holdouts – fondos buitre) volveremos a caer en un default, que puede ser técnico, parcial o completo; pero que no deja de ser default. Volver a esa situación sacará a la Argentina del sistema financiero internacional. Y esto que suena tan técnico y lejano se traduce en situaciones cotidianas rápidamente.
Imaginemos que el Estado Argentino no arregla con los holdouts, las consecuencias serían que al estar nuevamente en estado de default y consecuentemente fuera del sistema financiero, Argentina no podría colocar nueva deuda (bonos). Esto provocaría que el Estado no consiguiera el dinero que necesita para cumplir con sus funciones de invertir en infraestructura, educación, seguridad, salud, etc. Concentrémonos en infraestructura, que a mí entender es la más grave de todas las consecuencias. Sin inversión en infraestructura no se podrían construir nuevas generadoras de electricidad, ni aumentar la explotación de petróleo, ni la producción de gas. No habría nuevas rutas, ni tendido ferroviario. No habría mejoras en puertos, ni en la red de distribución eléctrica. Cualquier Estado soberano financia estas obras con endeudamiento, y de no poder realizarlas, las industrias nacionales se verían seriamente afectadas, disminuirían su producción, se encarecerían sus costos y, finalmente disminuirían sus ventas. Muchas empresas quebrarían y aumentarían el desempleo y la pobreza. La destrucción de empleos sumada a la disminución de la producción industrial colocaría a la Argentina en un estado de recesión, con el consecuente atraso tecnológico.
La financiación externa también es necesaria para exportar, sin acceso al mercado internacional de capitales, las exportaciones se verían disminuidas. Esto provocaría que la entrada de dólares desde el exterior se vea disminuida, lo cual tornaría deficitaria la balanza comercial (diferencia entre exportaciones e importaciones). Peor aún, sin dólares tampoco se podrían realizar importaciones, y ya no se podrían comprar un sin número de insumos industriales, ni repuestos originales de automóviles, ni cartuchos de impresora, ¡ni medicamentos!.
El dólar se transformaría en un bien escaso, y el peso seguiría su depreciación frente a aquel. Las restricciones a la compra de divisa extranjera se endurecerían, y el dólar blue aumentaría su cotización. La brecha entre el dólar blue y el oficial aumentaría, lo que obligaría a devaluar el peso.
Y así podría seguir la exposición acerca de cómo la Argentina podría quedar aislada del mundo y nuestra calidad de vida caería a niveles de subsistencia. Si Usted cree que no acordar con los holdouts es una situación que no lo afectaría, le puedo asegurar que esa creencia está muy alejada de la realidad.
Lo peor de no acordar una forma negociada de honrar la deuda del Estado Argentino con los holdouts son las consecuencias que puede acarrear para todo el pueblo Argentino. Es hora de empezar a negociar con el claro objetivo de evitar las consecuencias de volver a caer en default. Pensando más en la construcción de un futuro promisorio para los Argentinos, que en las victorias personales y circunstanciales.