El Partido Demócrata Cristiano de la Argentina analiza presentarse en las próximas elecciones presidenciales de 2019 con listas propias, acompañado de otros partidos políticos con reconocimiento nacional y/o provinciales, partidos municipales, agrupaciones, asociaciones sociales solidarias, movimientos vecinalistas, de iglesias católicas y protestantes.
Proponen como plataforma electoral la aplicación de la Economía Social de Mercado, el único modelo exitoso aplicado por los países que hoy ostentan altos estándares de vida, más justa distribución de la riqueza, mayor seguridad justicia, aun bajo gobiernos Socialdemócratas y Socialistas, no sólo con orientación social cristiana.
Conscientes de que no tienen dirigentes notorios para la opinión pública, aunque seguramente más capaces que muchos de los que han llegado a la presidencia, iniciaron conversaciones con algunos dirigentes radicales y peronistas exponiendo el plan, que muchos ignoraban pese a que es la base del famoso “milagro alemán” cuando lo aplicó Konrad Adenauer y emulado por los gobiernos de De Gásperi en Italia y Charles De Gaulle en Francia, en la Europa de pos guerra.
Quien sí lo conoce es la notoria dirigente Elisa Carrió a quien también los demócratas cristianos le ofrecen la inclusión en la lista del Partido como candidata a Presidente.
Hasta donde sabemos, Carrió se mostró sorprendida y halagada, no dudó que la aplicación de la Economía Social de Mercado es lo que necesita la Argentina para salir de la profunda crisis, social y económica en la que está inmersa, habida cuenta que el Plan conocido con ese nombre no es meramente económico, sino que contempla una estrategia de gobierno también para las áreas de Gobierno, Justicia, Seguridad, Trabajo y Producción, Obras Públicas y Transporte, Bienestar Social y Educación.
Elisa Carrió es cauta a la hora de responder, no ofrece una negativa rotunda, sino que expone razones de salud y las dudas de irse de Cambiemos lo que significaría restarle apoyo a la ya debilitada gestión del presidente Mauricio Macri.
Carrió piensa exponer el Plan al actual gobierno con la sugerencia de que lo aplique, algo que los dirigentes demócratas cristianos ven con escepticismo, convencidos de que está muy lejos de ser visto con buenos ojos desde el momento en que han privilegiado exactamente lo contrario a lo que propone la Economía Social de Mercado. Pero también saben cómo la temperamental legisladora puede llegar a hacerse escuchar cuando tiene interés en alguna cosa.
Carrió quiere tener más precisiones sobre las medidas iniciales que se tomarán para poder dar marco a la aplicación del Plan, desde el momento que hablan de 3 medidas fundamentales: Derogación de todas las leyes y decretos de materia económica (que incluyen la eliminación por 90 días de todos los impuestos nacionales, provinciales y municipales hasta la confección de un nuevo régimen justo y equitativo), el cambio de la moneda que permita el otorgamiento a cada argentino de una suma de dinero suficiente para poder iniciar cualquier actividad acorde a sus capacidades y la redistribución de la tierra (no confundir con la reforma agraria de los países comunistas) de manera de terminar con las injustas especulaciones que solo favorecen a los tenedores de lotes y terrenos abandonados y sin servicios.
Esto es lo que ahora evalúa Elisa Carrió antes de tomar una decisión que significaría remover todo el andamiaje político y electoral.
Que es la Economía Social de Mercado
El objetivo no es ni la economía ni el mercado si no la sociedad.
La primera idea es que la razón de ser del Mercado es la persona humana. Cualquier propuesta que ponga por delante de la persona al Estado o al Mercado es rechazada.
La segunda idea es que reconoce que cada persona está revestida de una serie de derechos y de sus correspondientes deberes, y estos derechos la revisten de una dignidad que tiene que ser respetada. Esta persona que tiene una dignidad, también tiene una potencialidad de realización, la labor de las políticas públicas es fomentar la realización de dichas potencialidades pero siempre respetando la dignidad de las personas, esto se logra a través de dos políticas que forzosamente son complementarias, la Solidaridad y la Subsidiaridad. La solidaridad es la obligación que tengo de hacer por mi prójimo todo lo que yo pueda hacer por él ni más ni menos. Pero la subsidiaridad, por su parte, que no debo hacer por otro lo que él puede hacer por sí mismo.
El objetivo de la economía social de mercado no es ni la economía ni el mercado si no la sociedad. Dicho mercado debe ofrecer bienes y servicios que satisfagan las necesidades de las personas respetando siempre los derechos inherentes a su dignidad y propiciando el logro de su potencialidad, que en este contexto el Estado solo debe establecer políticas asistenciales (solidaridad) para aquellos que no puedan dotarse a sí mismos y solo hasta aquello que no puedan proveerse (subsidiariedad).
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