
Posición de la Democracia Cristiana frente al proyecto de ley de las llamadas “técnicas de reproducción humana asistida”
Ante el tratamiento en la Cámara de Diputados de la Nación, de un proyecto de ley sobre «técnicas de reproducción humana asistida» (Art.1), la Junta Ejecutiva Nacional del Partido Demócrata Cristiano, desde el campo político, hace propio lo manifestado por la Conferencia Episcopal Argentina, que expresa en una declaración: «No todo lo técnicamente posible es éticamente aceptable”.
Asimismo, concuerda en lo dicho: “Comprendemos los problemas que rodean a las situaciones de infertilidad y esterilidad y queremos expresar nuestra cercanía a quienes están sufriendo por ello. Alentamos la búsqueda de soluciones que procuren remediar sus causas y un acompañamiento interdisciplinario de las personas con tal padecimiento”.
El PDC también acompaña lo expresado: “El abordaje de este tema debe ser integral, incluyendo una prioritaria promoción del instituto de la adopción. Ante la sacralidad de cada vida humana, que es única e irrepetible, estamos llamados a actuar con la máxima justicia y respeto por la dignidad de la persona”.

Hacemos propia la alerta, de que si bien: “El proyecto mencionado, declama buscar la protección del embrión no implantado (Art. 1), sin embargo propone la legalización del descarte de embriones (Arts. 12, 19 y 20), la discriminación entre embriones (Art. 14), la destrucción obligatoria y utilización de embriones para investigación (Arts. 12 y 14), entre otras manipulaciones a la vida concebida”.
Recordamos que el Papa Francisco en su exhortación «Evangelii Gaudium», llama la atención sobre la «cultura del descarte», que se verifica en distintos órdenes de la vida social y que «considera al ser humano en sí mismo, como un bien de consumo, que se puede usar y luego tirar».
El Partido Demócrata Cristiano reconoce como propio lo manifestado por el Santo Padre: “No se puede ceder un campo tan crucial como el de la procreación humana a intereses biotecnológicos que terminen convirtiendo al ser humano en un objeto de mercado”.
Es necesario entonces, compartir el concepto que: “El Estado no se puede retirar de su función de proteger la vida” y que: “La vida humana no es descartable”.
Firman: Juan Fernando Brügge, Presidente, Carlos Lionel Traboulsi, Vicepresidene y Nilda M. Sosa, Secretaria General.