La calle Sixto Laspiur era una calle segura. Nunca, hasta donde recordamos, hubo un accidente. Sucede que está cerrada en uno de sus costados por un paredón que se extiende desde calle Avenida Colón, hasta Juan Molina donde hay un cruce de calles, además de la calle Rondeau y la misma Colón. Su prolongación, calle Chile, hasta Montevideo, también tiene un paredón y desde luego allí tampoco hay accidentes por cruces de calle.
Sin embargo, con un grado de imbecilidad impropio de quienes deben delinear políticas públicas se decidió abrir un paso en la calle Sixto Laspiur en la intersección con calle Blandenguez. Entre esta y Rondeau hay una distancia de 300 metros y hasta Juan Molina otros 300 metros…¡nada!
Por supuesto como era absolutamente previsible en solo 30 días desde que está abierto al tránsito se produjeron varios accidentes y ante la queja de los vecinos, se decidió poner un semáforo. Gasto inútil y lentitud en el tránsito. Además del gasto innecesario en abrir el paso.
¿Es posible que no sepan, que no aprendan? La agilización del tránsito se logra cerrando las calles laterales haciendo cruces cada 10/12 cuadras. Con ello se evitan accidentes y se reducen notablemente los gastos en semáforos, lámparas y energía eléctrica. Así es en los países desarrollados. ¿Qué es lo que miran nuestros funcionarios cuando viajan al extranjero?…ya me lo imagino, los restaurantes, los cabarets, los shoppings…ver y aprender sobre reglamentaciones en tránsito, seguro que no.

Tiene una ventaja adicional esto de cerrar calles al tránsito: la seguridad, tanto que no les preocupa a las autoridades y si a los ciudadanos. Quien entra a una de esas calles solo lo hace para estacionar (y he aquí otra solución a otro problema, el de estacionamiento), con lo cual el vecino sabe muy bien si el que llega es otro de ellos, un pariente, un amigo o un chorro. Ni hablar si escuchan un vehículo a horas donde los vecinos saben que nadie de se moviliza. Además, para escapar en auto o moto se ve dificultado con lo cual es más fácil de atrapar.
Los vecinos deberían ser los propios interesados, sin embargo ellos fueron los que pidieron se abriera esa calle Sisxto Laspiur, no sé si para el tránsito o solo para los peatones, pero tampoco se quejaron cuando se tomó la decisión como lo hacen ahora por los accidentes. Pero el ciudadano común no está educado adecuadamente en estos temas como lo están los funcionarios y concejales, aunque estos deberían estarlo. Al menos así parecen cuando se postulan…¿o solo es para conseguir dineros fáciles?
Pero nada de esto se hace, por el contrario, se ayuda a los accidentes, a los gastos (pensemos lo que le cuesta al erario público la asistencia sanitaria de los accidentados), a los mercaderes del estacionamiento y a los ladrones.
Estas medidas las he aportado a la dirección de tránsito de la municipalidad de Bahía Blanca. En su momento quien se interesó fue el contador Hugo Borelli (actual presidente del Consorcio de Gestión del Puerto de Bahía Blanca) pero antes de que pudiera desarrollarlo pasó a otras funciones ejecutivas dentro del municipio. Quienes le sucedieron en el cargo de tránsito, nunca se interesaron. Peor, tomaron medidas totalmente opuestas.
Así estamos, así nos va.
Mario R. Martín